Fecha Publicación: 30-05-2025
La reciente invitación del Primer Ministro canadiense Mark Carney a la Presidenta mexicana Claudia Sheinbaum para asistir a la cumbre del G7 en Ottawa en junio representa una oportunidad única para fortalecer la relación entre México y Canadá, en un momento crítico para América del Norte.
El renovado asalto del Presidente Donald Trump a las relaciones comerciales y de inversión en la región, con amenazas arancelarias y medidas proteccionistas, subraya la necesidad de que México diversifique sus alianzas y refuerce sus vínculos estratégicos. La participación de Sheinbaum en el G7 no solo enviaría una señal de unidad frente a la política estadounidense, sino que también consolidaría la cooperación con Canadá en temas clave como comercio, energía, cambio climático e innovación.
Además, es fundamental recordar que el T-MEC (USMCA) ya se encuentra, en términos prácticos, bajo revisión. La renegociación formal es solo cuestión de tiempo, y México no puede permitirse perder la oportunidad de consolidar un entendimiento sólido con Canadá antes de que comiencen las conversaciones formales. El tiempo apremia, y construir una alianza estratégica con Canadá no solo reforzaría la posición de México frente a Washington, sino que también aseguraría un frente común para proteger los intereses regionales.
México no es miembro del G7, por lo tanto, la invitación canadiense evidencia un claro interés de Ottawa en profundizar la relación bilateral y posicionar a México como un socio esencial en un escenario global cada vez más incierto. Este gesto diplomático también permitiría a Sheinbaum interactuar con líderes del mundo, incluido el propio Trump, sin el riesgo político que representa una visita formal a la Casa Blanca, la cual ha demostrado ser una trampa peligrosa para los líderes extranjeros.
Asistir a la cumbre sería, por tanto, un acto de pragmatismo y visión estratégica. Reforzaría el papel de México como un actor clave en Norteamérica, al tiempo que diversificaría sus opciones en el escenario internacional. La Presidenta Sheinbaum debe aprovechar esta oportunidad para demostrar liderazgo y compromiso con una agenda regional más equilibrada y resistente a las tensiones que caracterizan el contexto actual.
*El autor es presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales. Profesor de la práctica de política pública, Goldman School of Public Policy, Universidad de California Berkeley.
Participación en El Economista
