Fecha Publicación: 21-05-2025
Con tristeza escribo estas líneas, mientras las redes sociales se siguen llenando de imágenes y mensajes con diferentes versiones, ideas, sospechas, información y desinformación de lo ocurrido. Conviene no especular y por ello decidí publicar este texto.
Resulta sorprendente que el buque insignia de la Armada de México haya impactado, si bien no es un hecho aislado para los buques escuela del mundo: el caso más reciente en marzo de 2024, cuando un desafortunado incidente del Cisne Branco (el buque escuela brasileño) derivó en un choque similar contra un puente en Guayaquil, Ecuador.
Las razones de lo ocurrido al Cuauhtémoc pueden ser varias y atribuibles a varios factores, pero no es objeto de este texto generar más especulación. Habrá que esperar los informes finales para conocer las condiciones del zarpe, de la marea, la coordinación con las autoridades portuarias, las autorizaciones para la navegación y la información de la que disponía el buque antes del incidente: todo ello crucial para determinar circunstancias y entender lo que realizó el barco y lo que hicieron las autoridades del puerto, sin que ninguna hipótesis pueda o deba descartarse a priori.
Esta fragata (construida en 1982 y ganadora de múltiples concursos y reconocimientos mundiales) puede navegar a motor y a vela. El incidente ocurrió durante las labores de zarpe. El zarpe se refiere a las actividades (maniobras) que el barco realiza cuando se dispone a navegar y sale del puerto donde estaba atracado, usualmente con apoyo de remolcadores conducidos por expertos denominados “pilotos de puerto” (personal del país o ciudad a donde llega el barco) que deben ser experimentados y conocedores del lugar por donde debe navegar el barco, acompañándolo hasta aguas en donde el buque pueda navegar sin remolcador y sin el apoyo de pilotos.
El zarpe usualmente se realiza a motor, con el velamen de gala (es decir, las velas semi recogidas o aferradas elegantemente -en el argot marinero-) y los tripulantes se colocan sobre las vergas (palos transversales). Por esta razón hubo heridos y, muy lamentablemente, pérdidas humanas. Vaya mi más sentido pésame a las familias de los tripulantes.
Toda navegación está expuesta a riesgos, aunque ciertamente las maniobras de zarpe se realizan con todo el cuidado necesario para minimizar y evitar cualquier incidente. La tripulación (que varía entre 240 y 270 personas entre personal de marinería, cadetes, oficiales y el comandante) se aboca a maniobrar para gobernar el barco, que dispone de velas, motor, anclas y está equipado para realizar todo tipo de navegación. Así lo ha demostrado en sus más de 800 mil millas náuticas recorridas y cinco vueltas alrededor del mundo (circunnavegación). Por ello resulta sorprendente lo ocurrido.
El barco impactó por la popa (la parte trasera del barco), chocando con el puente de Brooklyn y rompiendo sus tres palos: mesana, mayor y trinquete (en ese orden de popa a proa). A reserva de revisar las condiciones actuales del barco, es probable que pueda repararse en un astillero como el que tiene la Secretaría de Marina en Salina Cruz, Oaxaca, lugar en donde se da mantenimiento al barco.
En estos momentos, personal del Consulado de México en Nueva York se encuentra brindado asistencia y protección a la tripulación, y en coordinación con las autoridades estatales para: 1. Continuar apoyando a las personas mexicanas afectadas; 2. Contribuir con información y elementos para la investigación. La labor del consulado será fundamental para aportar claridad y para cuidar que los tripulantes afectados reciban todas las facilidades y atención médica y legal necesarias. Sirva también este texto para reconocer la ardua labor de protección consular conducida por personal diplomático de México y personal local.
Al tiempo de entristecerme lo ocurrido, sigo afirmando que el Buque Cuauhtémoc, también conocido como “Embajador y caballero de los mares” es un buque ejemplar y, como toda embarcación, está expuesta a riesgos que -indeseablemente- se pueden materializar.
Ex Diplomático de México en España y abogado internacionalista con reconocida experiencia en negocios internacionales, promoción comercial, y diplomacia económica. Es asociado en el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI) y de la Asociación de Derecho Internacional - Rama Mexicana (ILA – México).
Participación en El Sol de México