Fecha Publicación: 25-04-2025
La Segunda Guerra de Karabakh (2020) (II-GK) reconfiguró al Cáucaso. Al colapsar la URSS, el Cáucaso tornó epicentro de conflictos etnopolíticos y “conflictos congelados” —Ossetia del Sur y Abjasia en Georgia y la guerra Armenia-Azerbaiyán. La II-GK no fue sólo la recuperación azerbaiyana de sus territorios que fuerzas armenias ocupaban desde el fin de URSS.
Un país no soviético —Türkiye— se involucra en realidades geopolíticas post-soviéticas, se abre puertas al Asia Central y Ucrania, con la Organización de Estados Túrquicos (2021). En septiembre de 2023, Azerbaiyán restableció soberanía en Karabakh y, siete meses después, logró la salida de tropas rusas. La estampa rusa como moderador regional semeja haber fenecido. Bakú, aprovechando sus lazos con Türkiye e Israel, fue sede 13 de abril para que ambos países reconcilien intereses en Siria.
Irán intenta contrarrestar e incrementa presencia en Armenia (abrió consulado en Kapan en octubre de 2022); pretende marcar límites, señalando la amenaza que le representa el propuesto Corredor Zangezur —que uniría a Azerbaiyán con su exclave Nakchviván a través de la región Syunik en Armenia.
Hasta 2020, Armenia era vista como socio de Rusia. Pero en enero de 2025 Yereván estableció Asociación Estratégica con EUA, comenzó a organizar un referendum hacia una integración europea y redujo la presencia de más de 32 años de guardas fronterizos rusos en el aeropuerto Zvartnots y la frontera armenio-iraní (sólo queda la base militar rusa 102 en Gyumri).
Georgia, bastión caucásico occidental, congeló conversaciones sobre integración con Europa tras el parlamento europeo rechazar la legitimidad de elecciones parlamentarias georgianas. Occidente sanciona a Georgia por adoptar legislación tipo Rusia y EUA suspendió su Asociación Estratégica de 2009. Rusia no pide más visa a georgianos y reanudó vuelos. Georgia eliminó visa para China y en seis meses Beijing reciprocó; las relaciones entre ambos son declaradas estratégicas.
Azerbaiyán procura equilibrio entre Occidente, EUA, Türkiye, Irán, Israel, Rusia y China. La neutralidad rusa en 2020 y 2023 en el conflicto Armenia-Azerbaiyán le anunciaba cercanía con Rusia. En febrero de 2022 —dos días antes de Rusia invadir Ucrania— suscribieron la Declaración de Cooperación Aliada. Pero no logró materializarse geopolíticamente y la tragedia aérea en Aktau —cuando Rusia derribó en diciembre de 2024 una aeronave civil azerbaiyana que dejó 67 muertos— evidenció tensiones subyacentes.
Asia Central se vincula al Cáucaso para fortalecer lazos políticos y económicos, fomentar un frente unido frente al vecino ruso y alentar el comercio entre China y Europa.
La presencia rusa en el Cáucaso ha reducido. Asia Central (Kazakshtán y Uzbekistán) se acercarán al Cáucaso (Georgia y Azerbaiyán —y Armenia en la medida suscriba el tratado de paz con Azerbaiyán) para desarrollar infraestructura y diversificación energética europea —hidrocarburos y electricidad—, fomente el comercio China-Europa vía terrestre con el Corredor Medio cruzando el Mar Caspio.
Todos buscan robustecer lazos políticos para enfrentar al vecino ruso común atrayendo a otras potencias.
Participación en El Economista