Fecha Publicación: 24-03-2025
A inicios del siglo XXI, Estados Unidos comenzó a tener más presencia en África. Sin embargo, recientemente, las inversiones y exportaciones con el continente han disminuido. A pesar de esto, algunos líderes africanos consideraban que la investidura de Donald Trump traería beneficios al continente, debido a que suponían que este impulsaría las inversiones y acuerdos comerciales sin condicionamientos políticos. Incluso, se asumía que Estados Unidos reconocería a Somaliland —país que se independizó de Somalia desde 1991— a cambio de establecer un aeródromo y un puerto en el país. Para los republicanos, tener presencia en esta zona es central para fortalecer su influencia en el mar Rojo, un área estratégica para el comercio internacional.
En los primeros meses de su gobierno, Trump ha generado agitaciones significativas en el orden internacional y, aunque África ha sido marginal en sus discursos, sus proyectos también están afectando al continente. Diversas agencias de desarrollo han sido atacadas por el gobierno republicano, perjudicando de manera directa a África, debido a que, en algunos casos, los servicios públicos de los países africanos tienen una fuerte dependencia a dicho financiamiento. El recorte al presupuesto de estas agencias no solo afectará a las personas que requieren los servicios, sino también a las y los trabajadores de estos organismos.
En el continente, hay incertidumbre sobre la renovación de la Ley de Oportunidades y Crecimiento Africano, que proporciona condiciones preferenciales para la exportación de productos africanos hacia Estados Unidos. Trump ha señalado que la iniciativa no se renovará con Sudáfrica, lo cual afectará a la industria automovilística de este país. La disputa con Sudáfrica se relaciona con la denuncia de este país contra Israel por el genocidio en Gaza.
Además, recientemente, Estados Unidos ha acusado al gobierno sudafricano por la ley de expropiación que busca reducir la injusta distribución de la tierra promovida por el régimen del apartheid, lo que ha agudizado las tensiones.
Por otra parte, el proyecto energético de Trump ha contribuido a reforzar la explotación de combustibles fósiles. A mediados de marzo, la agencia estadounidense de crédito a las exportaciones aprobó un préstamo a la empresa francesa TotalEnergies para el desarrollo del proyecto Mozambique LNG, que pretende extraer las reservas de gas natural licuado en el norte del país. Asimismo, es posible que el proyecto del Corredor Lobito —que será funcional para extraer minerales de República Democrática del Congo y Zambia— se promueva para hacer frente a la competencia con China.
En síntesis, África se sigue proyectando como un yacimiento de riquezas para impulsar la economía estadounidense, pero también como un territorio vacío, como se observa con la propuesta de asentamiento de poblaciones palestinas en el Cuerno de África para el inaceptable y agresivo plan sobre la Franja de Gaza de Trump.
Participación en La Silla Rota
