Publication Date: 27-09-2024
El pasado 22 y 23 de septiembre se celebró en el marco de la ONU en Nueva York, la “Cumbre del Futuro”, con el objetivo de generar “un nuevo consenso internacional para mejorar el presente y salvaguardar el futuro”.
Dicho nuevo consenso se cristalizó con la adopción, del Pacto del Futuro y sus anexos: La Declaración sobre las Generaciones Futuras y Un Pacto Mundial Digital,bajo un escenario complejo,caracterizado por un mundo dividido,en el que el multilateralismo ha sido desplazado por el enfrentamiento y el encono, y en el que la ONU ha sido poco efectiva para abordar los graves problemas que aquejan a la humanidad, desde la pandemia del COVID 19, los efectos del cambio climático, el hambre y la desigualdad, hasta las devastadoras guerras en Ucrania y en el Medio Oriente.
El Pacto contiene 56 acciones que abordan: el desarrollo sostenible y financiamiento para el desarrollo; paz y seguridad internacional; ciencia, tecnología, innovación y cooperación digital; juventudes y generaciones futuras y transformación de la gobernanza global.
Mediante el Pacto, los Estados miembros de la Organización buscan acelerar esfuerzos para hacer realidad los compromisos asumidos y los grandes acuerdos alcanzados, destacando las metas establecidas en la agenda 2030 de desarrollo sostenible, poniendo al centro de los esfuerzos el objetivo de la erradicación de la pobreza, así como las consignadas en los Acuerdos de París sobre el calentamiento global.
Destaca la relevancia que se otorga al logro de la igualdad de género como un aporte crucial al progreso de los objetivos de desarrollo sostenible y la referencia a la elección a la Secretaría General de la ONU, subrayando el lamentable hecho que el puesto nunca ha sido asumido por una mujer en toda la historia de la Organización.
Aunque con pocas expectativas, se plantean una serie de criterios para la reforma del Consejo de Seguridad, para hacerlo más representativo y eficiente y acelerar la reforma al sistema financiero internacional para que sea incluyente y sensible a las necesidades de los países del Sur.
La renovación del compromiso para lograr la total eliminación de las armas nucleares, en un contexto de creciente confrontación y amenaza por parte de las grandes potencias es también un elemento para destacar.
Con una visión de futuro, se plantea el Pacto Mundial Digital que establece el primer marco mundial de gobernanza de la inteligencia artificial y la Declaración sobre las Generaciones Futuras, que pone a la juventud al centro de las acciones globales.
El Pacto fue el producto de dos años de complejas negociaciones, no es un texto perfecto, sin embargo, dado el contexto internacional actual su adopción por consenso es una buena noticia. En él se expresa la convicción de que se requiere un cambio de rumbo, y que es urgente renovar a una Organización anquilosada en estructuras del pasado que no está dando respuestas a los desafíos de hoy.
Los retos para ello siguen siendo enormes, no obstante, la reafirmación del compromiso colectivo con el multilateralismo es el único camino viable para abordar con eficiencia, confianza y solidaridad los riesgos existenciales que enfrenta la humanidad.
Participación en El Economista