Publication Date: 07-09-2020
Hoy, a nivel mundial, la cotidianidad de las personas, como del desarrollo de los Estados, estaÌ siendo transformada por la disrupción de las tecnologías exponenciales, tales como la inteligencia artificial, la 5G, el internet de las cosas, la manufactura aditiva, el aprendizaje automático, entre otras. Estas tecnologías están soportadas en infraestructura de tecnologías de la información y comunicación, así como por la abundancia de los datos en el ciberespacio, por lo que a esta revolucioÌn tecnoloÌgica se le ha denominado la Cuarta Revolución Industrial, de acuerdo a Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial.
El mundo fiÌsico y el digital se conectan aún más gracias a este tipo de tecnologías, dando lugar a lo que se conoce como sistemas ciberfiÌsicos. Como resultado, los procesos de producción, distribución y consumo tradicionales estaÌn transformándose de forma acelerada, profunda y amplia, impactando en la manera en cómo vivimos, nos comunicamos, consumimos e interactuamos.
También, como consecuencia de las distintas crisis generadas a nivel mundial, a partir de la pandemia de covid-19, la transición digital de la vida y de la mayoría de las actividades humanas se aceleró, sin embargo, aún no es posible determinar con certeza cuáles serán sus efectos a futuro a niveles sistémicos. Lo que sí es posible, por ahora, es imaginar algunos escenarios probables, considerando que los procesos globales previos a la pandemia ya estaban deteriorando las reglas del orden establecido en muchos lugares a nivel internacional.
Previo a la aparición de la pandemia, el sistema internacional ya se encontraba en proceso de desfragmentación, las instituciones y los mecanismos multilaterales siendo diezmados por los propios Estados que las integran, la cooperación internacional en franco declive y la seguridad internacional amenazada por la competencia y rivalidad entre potencias. La situación de crisis actual y el acelerado cambio tecnológico tendrán consecuencias geopolíticas considerables, lo más probable es que sirvan de catalizadores para fenómenos que ya existian, por ejemplo, la creciente competencia entre China y Estados Unidos en diferentes campos como el comercial y tecnológico e incluso el militar, o la cooperación y la colaboración internacional para enfrentar los retos que ha planteado el cambio climático y la aparición de nuevas enfermedades.
La revolución tecnológica podrá acelerar el desarrollo sostenible de los países, pero también, podría agudizar los conflictos internacionales y aumentar las tensiones entre bloques regionales, como ya está sucediendo. Por otro lado, también es probable que incremente la dependencia tecnológica de los países en desarrollo con respecto a los poseedores de las patentes y capacidades tecnológicas, que pueden ser países, pero también corporaciones privadas. De alguna manera, los cambios y las transformaciones aceleradas que estamos presenciando potencializarán tanto la cooperación como el conflicto en las relaciones internacionales.
Los usos y el acceso a tales tecnologías se vuelven críticas y estratégicas para la seguridad de las personas, las empresas, los gobiernos y la seguridad nacional.
La seguridad internacional y la seguridad nacional son dos ámbitos específicos de interacción en el sistema internacional, cada vez más interrelacionados por la naturaleza de los fenómenos que las afectan y que, en el contexto actual, están siendo comprometidas por la aparición de nuevas vulnerabilidades, riesgos y amenazas, derivadas de los diferentes usos que se le dan a las tecnologías exponenciales por los propios Estados, pero también porque se encuentran al alcance de organizaciones terroristas y de redes de la delincuencia organizada trasnacional. Los usos y el acceso a tales tecnologías se vuelven críticas y estratégicas para la seguridad de las personas, las empresas, los gobiernos y la seguridad nacional.
Entre las ventajas que ofrecen a la seguridad las tecnologías exponenciales son la predictibilidad y precisión, por lo que se han convertido en ventajas estratégicas para los tomadores de decisiones en los ámbitos privado y público, ya que que ayudan a los analistas en seguridad a la identificación de las nuevas vulnerabilidades, así como a la gestión de los riesgos y la inhibición de las amenazas.
Como consecuencia de la proloferación en el uso de estas tecnologías y su implementación en distintas actividades, se ha vuelto indispensable la elaboración de estrategias nacionales, regionales e internacionales para la estandarización, regulación y articulación de políticas y acciones que aseguren tanto su interoperabilidad, acceso, la identificación de vulnerabilidades y riesgos, así como el marco ético bajo el cual operan, para garantizar la seguridad de los individuos, de la infraestructura crítica y estratégica de los Estados y los bienes de las empresas, pero también para garantizar la paz y la estabilidad internacional en un mundo cada vez más incierto.
La evolución de los actuales acontecimientos mundiales, como las crisis provocadas por la pandemia y de la implementación de las nuevas herramientas tecnológicas exponenciales y los sistemas ciberfísicos, generarán cambios en la manera en cómo cooperarán los Estados y en cómo se reconfigurará el sistema internacional, el mundo se encuentra entre la autarquía y la colaboración internacional. Esto seguramente alterará el orden mundial. Lo único seguro es que no retornaremos al estado original de las cosas, por lo que la mejor manera de predecir el futuro será crearlo, incluso en el sistema internacional.