Fecha Publicación: 25-06-2024
La propuesta para enmendar la constitución mexicana y establecer un sistema para elegir a los ministros de la Suprema Corte, magistrados y jueces de distrito a nivel federal ha generado un debate significativo. La reforma prevé que los tres poderes presenten candidatos, y que el electorado decida mediante una elección organizada por el INE. Ningún país democrático actualmente designa a sus jueces mediante elecciones, pero algunos estados de los Estados Unidos sí lo hacen.
Es por lo tanto instructivo examinar el sistema de elección judicial existente en California para comprender sus características y desempeño. En California, los funcionarios judiciales, como los jueces de la Corte Superior (equivalentes a jueces de distrito) son elegidos a través de un sistema no partidista por un período de seis años. En cambio, los jueces de apelación y los magistrados de la Suprema Corte son designados por el Gobernador y ratificados por una comisión de nombramientos judiciales por un periodo de doce años los primeros y cuatro años los segundos.
Sin embargo, enfrentan elecciones de retención en lugar de elecciones iniciales en cada periodo electoral. Los jueces de la Corte Superior se presentan a elecciones en ciclos regulares o durante vacantes a medio término.
Los candidatos judiciales en California operan bajo estrictas directrices éticas que limitan sus actividades políticas. La recaudación de fondos está permitida pero regulada, con requisitos de transparencia y divulgación para prevenir influencias indebidas. A pesar de estas regulaciones, la influencia del dinero en las campañas judiciales es un problema creciente. En las elecciones de marzo de 2024 en San Francisco, uno de los candidatos para reemplazar a un juez en funciones recibió casi un millón de dólares en contribuciones, 100 mil de los cuales fueron de un solo donador.
El sistema judicial de California funciona bastante bien y es relativamente raro que se impugne la imparcialidad de los jueces. Sin embargo, también introduce el riesgo de politización, donde los jueces pueden sentirse presionados para alinear sus decisiones con los intereses de los donantes de campaña. Un caso emblemático fue la campaña que concluyó con la remoción de tres ministros liberales de la Suprema Corte estatal en 1986, acusados por políticos conservadores de ser demasiado 'blandos' en la aplicación de la pena de muerte.
Es importante señalar que la participación en elecciones judiciales es muy baja (entre 25 y 45% en años recientes), sobre todo en elecciones que no coinciden con elecciones generales. Aunque el sistema de elección judicial de California proporciona valiosas lecciones, México debe considerar su contexto único al contemplar tales reformas. Las condiciones cívicas de México difieren significativamente de las de California.
La educación y conciencia de los votantes, la transparencia en el financiamiento de campañas, la cultura política y el poder económico y de intimidación del crimen organizado presentan desafíos únicos. Implementar un sistema de elección judicial en México como el que se propone, podría exacerbar problemas de independencia e imparcialidad judicial.
Por Héctor Cárdenas Suárez.
Profesor de Políticas Públicas, GSPP, Universidad de California Berkeley, Miembro de la Junta Directiva de COMEXI.
Participación en El Heraldo de México