Fecha Publicación: 21-06-2024
Con el anuncio de que el Plan C – y en especial la reforma al poder Judicial – va porque va, los mercados domésticos e internacionales han reaccionado negativamente a la idea de la erosión de la división de poderes y contrapesos. El temor emerge porque la elección popular de jueces – en todos los niveles – deterioraría su parcialidad por estar sujeta a la popularidad de sus decisiones. Algo que únicamente se ha visto en Bolivia y no se ha replicado en ningún sistema del mundo democrático. Por algo será...
Sin embargo, asumiendo que Morena y aliados consigan los dos votos faltantes en el Senado, existe una última salvaguarda al clima de negocios y régimen político mexicano: el T-MEC. Legalmente, los tratados internacionales tienen equivalencia jurídica a la constitución mexicana. Cualquier reforma constitucional deberá de ser dentro de lo pactado con los vecinos del norte (o cualquier otro tratado que México haya adscrito).
Dentro del paquete de reformas planteadas por el presidente López Obrador hay unas más dañinas que otras al clima de negocios nacional. Particularmente, la reforma al poder judicial deteriora al estado de derecho, lo que violaría la protección asumida necesaria para la inversión regional. La disolución de reguladores independientes eliminaría a los garantes de la competencia de mercado, mismos que están protegidos por el Capítulo 18 y 21 del tratado. Por último, la reforma de funciones exclusivas del Estado en áreas estratégicas justifica el camino monopolístico en el sector eléctrico, energético y de telecomunicaciones. Esto atentaría en contra de al menos 4 capítulos del tratado.
Hasta ahora, México se ha salido con la suya violando al T-MEC bajo la administración del presidente Demócrata Joe Biden. Sin embargo, con las elecciones presidenciales en EE. UU. a la vuelta de la esquina y la posible reelección del Republicano Donald Trump, todo puede cambiar. Ante esto, surgen diferentes escenarios.
Trump es reelecto
Según las más recientes encuestas del NYT o The Economist, Trump está encaminado a regresar a la Casa Blanca. Ante esto, se anticipa una administración más radical de lo visto en 2016-2020. Esto prevé una política nacional sobre la internacional centralizada en 1) la guerra comercial con China, 2) disminuir la entrada de migrantes y de drogas vía México, y 3) la ratificación del T-MEC.
Trump ha prometido incrementar el uso de tarifas y aranceles sin especificar el impacto en México o Canadá. Utilizará la ratificación del tratado en 2026 como chantaje diplomático. De encontrar que China toma provecho para ingresar sus productos a EE.UU. y que las inversiones en México dejan de ser competitivas por las reformas, ejercería mucha presión política sobre la administración de Sheinbaum para que México ceda terreno para adherirse al contenido original del tratado. Aunque improbable, no hay que descartar una salida del tratado por EE.UU. por el nuevo régimen político en México. El costo macroeconómico en el país sería devastador, por lo que no hay que asumir ni dar por hecho la ratificación del T-MEC ni sus privilegios, como la atracción del nearhsoring.
Biden es reelecto
El poco probable escenario donde Biden es reelecto estaría influenciado por una política exterior más internacional con atenciones a los conflictos geopolíticos en Eurasia. Si bien congresistas o el sector privado ejercerían presión sobre la administración Biden para asegurar que México cumpla con su parte del tratado, la salud del presidente estadounidense, así como problemas domésticos e internacionales darían mayor comodidad a la Cuarta Transformación para proceder con su agenda de reformas.
Leer entre líneas
Los mensajes que ha mandado el presidente López Obrador a los inversionistas sobreponen su proyecto de nación – no el de Sheinbaum – a la estabilidad macroeconómica. Él bien dijo que “la justicia va por encima de los mercados”. Sin embargo, los eventos que estamos por presenciar entorno a la reforma al poder judicial definirán no solo el régimen político del país, sino la competitividad en el mercado internacional y la estabilidad de la relación regional. Si bien aún no es un hecho que las reformas vayan a ser aprobadas por escasos dos votos en el Senado, habrá que ver la reacción de nuestros socios comerciales a quienes ya les preocupa el porvenir mexicano.
Yussef Farid Núñez
Analista de Riesgos Políticos y Política Internacional. Es maestro por la London School of Economics (LSE) e internacionalista por la Universidad Anáhuac México, institución donde es catedrático de la asignatura “Globalización Económica” en la Facultad de Estudios Globales. Asociado del PJ COMEXI.
Participación en El Economista