Fecha Publicación: 15-03-2024

Como pocas veces en la historia, las elecciones en Estados Unidos han acelerado su tempo a un ritmo vertiginoso. El tsunami Trumpista que ha arrasado en este proceso inicial de elecciones primarias llama la atención en términos del aceleramiento del proceso. En el 2016, no fue hasta mayo cuando el ex presidente Trump aseguró la candidatura del Partido Republicano, mientras que en el ciclo del 2020 a Biden le llevó hasta junio. Esta premura no sólo ha impactado a nivel interno, sino que también ha puesto en una posición delicada a México de cara a los comicios generales en ambos países.

No es novedad que la migración sea un tema central de debate y disputa, más aún cuando aumenta su politización en un entorno electoral. Sin embargo, el proceso electoral estadounidense ha colocado a México, literal y metafóricamente, como un escenario de campaña. Tal como se evidenció con la visita de los dos potenciales candidatos a la presidencia estadounidense a la frontera con México hace unas semanas, la importancia de nuestro país hoy cobra un sitio preponderante tanto en las prioridades del electorado como en las respectivas campañas de Donald Trump y Joe Biden.

Esto deja a la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador en una posición endeble en un escenario ya de por sí complejo. El hecho de que el foco de la conversación se haya fijado en la frontera tan pronto deja al menos ocho meses de un potencial repunte de tensiones. La retórica de Biden ya no es la misma con la que inició su mandato, ni se encuentra apegada a la línea centrada en el apego de los derechos humanos que tradicionalmente ha caracterizado al Partido Demócrata.

Por el contrario, Biden ha insistido en días recientes en la aprobación de una iniciativa bipartidista que permita el establecimiento de más agentes fronterizos y funcionarios de asilo, tecnología de detección y mayores capacidades para cerrar la frontera cuando se encuentre rebasada. En este sentido, es posible esperar que la diplomacia y las repetidas reuniones de alto nivel que se han mantenido en los últimos meses ahora vengan cargadas con aún mayores exigencias y ultimátums.

Aunado a ello, también se vaticina que nuestro país se encuentre en el centro del debate legislativo. Si bien los embates en materia de presupuesto han sido mayoritariamente protagonizados por el ala más radical del partido Republicano, la crisis migratoria ha provocado que algunos Demócratas tomen posiciones más duras. Políticamente, esta situación se ha convertido en una piedra en el zapato para el presidente Joe Biden. Es quizás el más perjudicado entre las presiones de sus más allegados y la resistencia republicana por darle victorias legislativas, en un momento en el que cada mensaje o decisión podría influir desde la carrera presidencial hasta las elecciones en el legislativo local, donde los Demócratas buscan recuperar los espacios perdidos. Por lo pronto todo apunta a que, a mayor caos en la frontera con el país, mayores serán los réditos políticos.

Finalmente, la frontera con México también ha encontrado cabida en las prioridades del electorado. De acuerdo a distintas encuestas, ocho de cada 10 estadounidenses (ya sea con o sin afiliación partidista) ponen la cuestión migratoria como un problema prioritario. Así mismo, al menos un 28 por ciento de los encuestados por la agencia Gallup afirmó que la inmigración es el problema más grave que enfrenta el país, por encima de temas como la economía, la inflación o el crimen. Esto también impacta a México porque no se limita únicamente a un tema de percepción, sino que inevitablemente se refleja en la vida cotidiana. Considerando que generalmente se toma en cuenta a la migración, el tráfico de drogas y la inseguridad como parte de una misma problemática, esto impacta significativamente en el aumento de posiciones xenófobas, particularmente en contra de connacionales que viven en Estados Unidos.

Independientemente de cómo continúe el ritmo electoral o quién llegue a la Casa Blanca, México debería poner especial atención en los discursos, propuestas y acciones de otras figuras que compiten a nivel local o federal por una posición en el próximo gobierno, particularmente en temas que tienen que atañen a nuestro país, como la migración, la seguridad o el combate al crimen organizado. Son precisamente estos personajes quienes determinarán el devenir de nuestra relación bilateral más importante.

*Raquel López-Portillo Maltos es Maestra en Gobierno y Políticas Públicas por la Universidad Panamericana, Licenciada en Derechos Humanos y Gestión de Paz por la Universidad del Claustro de Sor Juana y especialista en Análisis Político, Democracia y Elecciones por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Se ha desarrollado en los sectores público, privado y de la sociedad civil en temas de análisis internacional, seguridad, derechos humanos e igualdad de género. Actualmente, se desempeña como Analista Estratégica para América Latina en una empresa multinacional de tecnología. Es Secretaria Ejecutiva del Programa de Jóvenes del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI) para el periodo 2024-2026.

Twitter: @RaquelLPM

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