Publication Date: 26-02-2024
El costo humano
Desde el inicio de la invasión, la pesada factura humana se hizo evidente. A la fecha, más de 6 millones de ucranianos dejaron su país y la gran mayoría encontró refugio en países europeos. Por otro lado, se estima que Ucrania tiene más de 5 millones de desplazados internos.
La guerra ha producido también miles de bajas en la población civil, en dos años de conflicto más de 10,000 civiles han muerto y los heridos son alrededor de 20,000.
Las bajas en el campo de batalla han llegado ya a más de medio millón en ambos bandos: Rusia habría sufrido ya más de 300 mil bajas, es decir, unos 100 mil, muertos y más de 200 mil heridos. Ucrania, por su parte tendría unas 200 mil bajas, que se traducen en más de 70 mil muertos y más de 120 mil heridos.
Triple aniversario en febrero: de 2022, de 2014 y de 1990
La mayoría en la comunidad internacional vive esta guerra como si fuera un conflicto iniciado el 24 de febrero de 2022.
El primer capítulo armado de este enfrentamiento se inició en febrero de 2014 y derivó en la anexión de Crimea, la declaración de independencia de Donetsk y Lugansk y los fallidos acuerdos de Minsk.
La confrontación que hoy vivimos es, al final del día, el resultado directo de la incapacidad de los actores que se involucraron en el proceso de Minsk para encontrar una solución de fondo al problema que se inició con el diferendo en torno a la expansión de la OTAN con motivo del proceso de reunificación de Alemania.
Para propósito de este texto, sólo recordemos la famosa cita del secretario de Estado estadounidense James Baker cuando ofreció al entonces Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética, Mikahail Gorbachov que la OTAN no se expandiría "ni una pulgada más.".
Fatiga
El tercer año de guerra inicia con un notorio desgaste que se refleja en las líneas de combate y en la mermada capacidad que Ucrania muestra para enviar tropas de refresco al frente. Este desgaste deriva de la duración de la guerra y del elevado costo que para las economías de Occidente representa el apoyo financiero y el envío de material bélico, así como otros tipos de asistencia.
Ante los vaivenes del humor político en Estados Unidos y la convicción de que Rusia representa una amenaza directa para la seguridad de Europa, los países de la Unión Europea han decidido incrementar de manera sustancial su gasto militar e iniciar un proceso de rearme. No son pocos los analistas que prevén la creación de una fuerza militar europea independiente de la OTAN.
Sin embargo, a la fatiga social y al abultado costo político de los apoyos, las resistencias políticas se han exacerbado y en los hechos el flujo de ayuda a Ucrania ha disminuido. Es particularmente notable el bloqueo que los legisladores republicanos han hecho del último paquete de ayuda que Biden ofreció a Zelensky.
Panorama ucraniano
El optimismo de la población de Ucrania también se ha visto afectado y Zelensky ya ha comenzado a sentir muestras de una disidencia que pudiera agravarse en los meses que vienen. La decisión de remplazar al popular general Valeri Zaluzhni, comandante general de las fuerzas ucranianas por el general Oleksandr Sirski, originó muestras de inconformidad en la sociedad.
Por otra parte, ante la posibilidad de que la solución final a la guerra implicara que Ucrania no pasaría a formar parte de la OTAN, numerosos países de Occidente están procediendo a firmar acuerdos de asistencia económica y cooperación con Ucrania, hasta ahora lo han hecho el Reino Unido, Francia, Alemania y el sábado pasado, Italia y Canadá.
Para Ucrania la defensa a ultranza, la generación de atrevidos golpes a distancia y la confianza en que los niveles de ayuda se recuperarán es la avenida que buscará Zelensky. No son pocas las voces en Occidente que urgen ya una salida negociada aún a costa de alguna pérdida de territorio.
Panorama ruso
Para Rusia, hoy las perspectivas parecen más favorables. La reciente victoria en Avdiivka y las dificultades que enfrenta Ucrania en términos de renovación tropas en el frente y de suministro de municiones y de equipo, hacen que en este momento la balanza pareciera inclinarse a su favor. Nadie puede asegurar de que se trate de una evolución que altere definitivamente la guerra, pero es una circunstancia muy oportuna a la llegada del tercer año de guerra y en vísperas de las elecciones rusas. Nadie, por otro lado, duda de la reelección de Putin quien, según el análisis del New York Times del sábado pasado, goza de una muy alta popularidad.
Los analistas del New York Times y de The Economist subrayan que Rusia ha logrado crear con éxito una economía de guerra que le ha permitido crecer y financiar el enorme gasto de guerra que hoy representa un tercio del gasto total.
Rusia ha sabido capotear el impacto de las sanciones y ha realizado un vuelco de sus exportaciones al este, particularmente a Turquía, la India y en especial a China. Con estos últimos se ha creado un esquema de compensación de divisas de "circuito cerrado" que ha reducido la dependencia del dólar y del euro. No obstante la dependencia económica de China será un factor que pesará en el futuro. El impacto económico de la guerra se dejará sentir más temprano que tarde.
A nivel global, para Rusia el panorama es igualmente complicado, a pesar de el origen histórico del conflicto y las evidentes explicaciones geopolíticas que podamos encontrar, una invasión es una invasión y con ello se violenta el orden internacional lo que la hace injustificable, condenable.
El final
Pensar que la solución de este diferendo está en el cambio de régimen en Rusia, en la implosión que muchos pensaron que la columna de Prygozhin originaría, es una apuesta a lo improbable.
Algunos analistas ven al final un acuerdo que deje a una Ucrania dividida a lo largo de la actual línea del frente.
Otros pensamos que puede haber líneas de negociación que pongan otros elementos en la mesa, como un acuerdo entre Kiev y Rusia que, salvo Crimea, le conceda un estatus especial al Donetsk, Lugansk, Kherson y Zaporiyia.
Por otro lado, al final de esta guerra Europa se habrá rearmado y un nuevo tablero de seguridad europeo se habrá configurado.
Tres puntos adicionales de confrontación parecen ineludibles: la estrategia para enfrentar la reconstrucción de Ucrania; los intentos que se darán para utilizar las reservas rusas congeladas para sufragar la reconstrucción y los intentos por judicializar el post conflicto en la búsqueda de sentencias por crímenes de guerra.
En todo caso, al final de este nuevo capítulo, Rusia al voltear al oeste, no se encontrará con una frontera normal que permita el tránsito eficaz de bienes y personas, se encontrará con una línea divisoria que se asemejará más a un frente de batalla. Esa cuña podría tardar generaciones en desaparecer.
El embajador Rubén Beltrán Guerrero fue Subsecretario para América Latina y el Caribe, así como nombrado Embajador Eminente de México en 2017. Fungió como embajador de México ante la República de Chile y la Federación de Rusia. Miembro del Consejo Mexicano de Asuntos internacionales (COMEXI).
Participación en El Sol de México