Fecha Publicación: 16-02-2024
Este año 2024 que apenas hace siete semanas inició, ya se tiñe de diferentes matices. El año 2023 fue un año sin pies ni cabeza y con multicrisis. Por lo que el horizonte para estos próximos meses no es precisamente el más esperanzador para la recuperación económica, la estabilidad política y el sosiego social. Hay puntos de no retorno y dentro de lo que vivimos durante el 2023, destaco los siguientes sucesos internacionales más relevantes que trazan la hoja de ruta para las próximas 45 semanas.
El 7 de octubre que activó el botón para una nueva guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás subrayando aún más la hendidura que divide a la comunidad internacional.
La contraofensiva de Ucrania en un intento de recuperar territorio y de detener la ofensiva rusa ha pendido de un hilo porque la carrera presidencial en Estados Unidos inició de manera muy anticipada en el segundo semestre del año y ahora a escasos meses ante el muy posible regreso de Trump a la Casa Blanca, este tema queda en interrogación.
Una olla exprés en cuanto al medio ambiente. El Secretario General de la ONU, António Guterres, declaró una nueva era dejando atrás el concepto de cambio climático por el de “ebullición global”.
Afectación económica en cuanto a una mayor inflación, profunda pérdida de poder adquisitivo, alza en los precios internacionales de las materias primas principales, disrupción en cadenas de suministro, recesión, entre otras variables.
El año 2024 se caracterizará por ser el año de las elecciones internacionales que impactarán a más de la mitad de la población mundial donde las principales a observar son las que a continuación se muestran.
La consultora estadounidense Eurasia Group puso sobre el ojo internacional sus predicciones de los diez principales riesgos globales que estarán de manera permanente durante este año.
Mientras que el Foro Económico Mundial pone en la conversación político-empresarial que el principal riesgo global es la desinformación y la información equivocada pero después están todos los fenómenos meteorológicos extremos llevando a diversas ciudades alrededor del mundo con récords en temperaturas altas y con amenazas naturales constantes.
En cuanto al impacto geoeconómico que se ha venido revoloteando por el conflicto en Medio Oriente se palpa claramente la afectación en tipos de cambio, precios de criptomonedas, turbulencia financiera y precios de materias primas en la siguiente imagen.
Y el think tank neoyorkino Council of Foreign Relations resalta los siguientes conflictos que no hay que perder de vista.
Si todo esto lo conectamos nos da como resultado un escenario de tormenta perfecta en términos geopolíticos, geoeconómicos y climáticos. Por lo que este 2024 sin duda será un año de grandes saltos mortales y caídas al vacío por lo que lo mejor es estar bien informados para decisiones asertivas y aunque la incertidumbre no permite avanzar mucho en la prevención y planeación, sí se pueden considerar como variables todos estos riesgos para evitar que el planeta, las instituciones, las empresas, los países y las personas entren en un estado de “trastorno explosivo” sin retorno. El 2023 pasó a la historia como el año disfuncional y resquebrajado. Este año 2024 quedará plasmado como el año caótico, sin horizonte y en ebullición geopolítica, geoeconómica y climática.
*La autora es Coordinadora de la Licenciatura en Negocios Globales y Enlace de Internacionalización del Departamento de Estudios Empresariales en la Universidad Iberoamericana. Es Asociada COMEXI y analista de asuntos globales en diversos medios nacionales e internacionales.
Participación en El Economista