Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales

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2024-03-28 20:07

ÁFRICA, CHINA Y EL FUTURO DE LAS RELACIONES SUR-SUR

Fecha Publicación: 08-09-2021

El próximo mes se celebrará en Senegal la cumbre de alto nivel del Foro de Cooperación China-África (FOCAC). Durante el encuentro, los jefes de Estado de China y más de 50 países africanos tendrán la oportunidad de acordar estrategias de cooperación sobre temas de crucial importancia para ambas regiones. Este año, la cumbre se enfocará particularmente en la distribución de vacunas contra COVID-19, la recuperación económica pospandemia y el desarrollo de infraestructura en África.

El encuentro, que se celebra cada tres años, no podría ser llegar en un momento más oportuno. Si bien África ha logrado mantener relativamente bajo control los niveles de contagio de COVID-19, el último año ha exacerbado la crisis económica que enfrenta el continente, y ha evidenciado la urgencia de desarrollar proyectos de infraestructura que mejoren la conectividad en la región. Hoy más que nunca, África—al igual que otras regiones en desarrollo—necesitan del apoyo internacional para superar los múltiples retos que ha desencadenado la pandemia.

Sin embargo, solidaridad internacional es precisamente lo que ha fallado en el último año. Los gobiernos alrededor del mundo—sin importar sus niveles de desarrollo—se han visto obligados a enfocarse en controlar sus propios brotes de la pandemia, y en hacer frente a las crisis económicas que han conllevado los confinamientos. De este modo, Estados Unidos redujo su ayuda externa en un 22% en 2021, mientras que en 2020 la inversión extranjera en África cayó 16% con respecto al 2019. En materia de salud, casi ningún país africano espera conseguir vacunas contra COVID-19 antes de 2022 o 2023. Aun cuando los gobiernos africanos llaman para que se cree un plan de recuperación post-COVID para el continente, las instituciones tradicionales de apoyo económico—como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial—siguen sin dar muestras de acciones concretas.

Es ante este escenario que la cumbre de FOCAC cobra su mayor importancia. Ciertamente, y como es de esperarse, esta reunión será una buena oportunidad para que China reafirme su estatus como el principal patrocinador de proyectos de infraestructura en África. A la fecha, han construido más de 6,000 km de vías férreas, 20 carreteras, 20 puertos y 80 plantas eléctricas en el continente, entre otros proyectos. Sin embargo, también será interesante observar los compromisos de cancelación de deudas y asistencia humanitaria que pueda asumir China durante este foro—así como las reacciones que los contribuyentes occidentales (Estados Unidos, la Unión Europea, y las organizaciones Bretton Woods, por ejemplo) podrían tener al respecto.

China ya asume responsabilidades de asistencia con África, especialmente en el último año. En diciembre de 2020, China financió la construcción del nuevo Centro Africano para la Prevención y Control de Enfermedades, con sede en Adís Abeba, el cual buscará coordinar esfuerzos para detener la prevalencia de enfermedades infecciosas en el continente, desde el Ébola hasta COVID-19. De acuerdo con informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una tercera parte de todas las vacunas contra COVID-19 enviadas a África provienen de China. Así, con 45% de su presupuesto de ayuda externa destinado a África, China está bien posicionada para llenar los vacíos de asistencia humanitaria que han dejado otros actores internacionales en meses recientes.

Existen, claro, críticas sobre los intereses geopolíticos de China en África, las cuales generalmente esconden una gran desconfianza sobre lo que significará un mayor liderazgo de China en el mundo. Desde luego, las iniciativas de desarrollo que impulsa China sirven también a sus intereses nacionales: por ejemplo, uno de los requisitos para ser miembro de FOCAC es no reconocer a Taiwán, el rival histórico de China. Asimismo, Beijing ha sido claro en que uno de los principales objetivos de “la Franja y la Ruta”—su ambicioso proyecto de infraestructura que busca replicar la antigua Ruta de la Seda a través de Asia Central y África—es expandir el acceso de China a mercados internacionales, a partir de una mayor conectividad entre regiones.

Si bien existen razones para seguir de cerca el acercamiento de China hacia África, los foros como FOCAC y la diversificación de apoyo financiero son valiosos por sí mismos. Efectivamente, varios líderes africanos han comprendido que las iniciativas chinas de infraestructura y créditos bancarios representan hoy una alternativa a los mecanismos tradicionales de financiamiento—los cuales generalmente generan una dependencia económica hacia los países occidentales. En un año donde la falta de apoyo internacional ha tenido consecuencias desastrosas para el continente, FOCAC parece responder al llamado del expresidente ghanés Nana Akufo-Addo a “no crear políticas para el continente que dependan del nivel de apoyo que recibimos por parte del mundo occidental”.

Desde su creación hace 20 años, FOCAC ha buscado promover un modelo de Cooperación Sur-Sur, es decir, una mayor colaboración entre países en vías de desarrollo. Hoy, este tipo de solidaridad es más importante que nunca, mientras respondemos a las repercusiones de este último año de pandemia. Sigamos de cerca el desarrollo de la cumbre de alto nivel de FOCAC, y reflexionemos sobre lo que nosotros, como latinoamericanos, queremos impulsar durante nuestra propia reunión ministerial de CELAC-China, prevista para antes de fin de año.

Asociada Comexi