Fecha Publicación: 03-09-2020
El Sol de México
¿Cuál sería el impacto de la elección de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos en la relación con México? Dada la enorme interdependencia entre México y Estados Unidos en términos comerciales, financieros y de seguridad, sumado al hecho de que la compleja relación México-Estados Unidos se conduce en niveles múltiples (no sólo entre los presidentes, sino crecientemente entre todas las secretarías de Estado de ambos países a nivel federal, los congresos nacionales de ambos países y los gobiernos estatales y locales, además de actores privados del sector privado, social y académico), las consecuencias de la elección de Biden como presidente en las elecciones de noviembre de este año serían relativamente pocas. Sin embargo, sí se observarían ciertos cambios de énfasis en algunos temas de la agenda bilateral, tanto en términos positivos como negativos.
Puesto que el sistema político estadounidense es uno de los que presenta mayores niveles institucionales de división de poderes, tanto entre los poderes federales como entre los órdenes de gobierno federal, estatal y local, México ha desplegado una estrategia de diplomacia multinivel. La diplomacia multinivel consiste en la suma de varias estrategias: 1) diplomacia ejecutiva (con la Casa Blanca y su personal); 2) diplomacia administrativa (con cada una de las secretarías federales en Estados Unidos, ejecutada mediante la secretaría homóloga en México); 3) diplomacia parlamentaria y cabildeo (con las dos Cámaras del Congreso federal) y judicial (ante la Suprema Corte); 4) diplomacia local (con autoridades gubernamentales estatales y municipales); 5) diplomacia regional o minilateral (aprovechando las cumbres de jefes de Estado de América del Norte, las Américas y el G-20); 6) diplomacia social (para fortalecer relaciones con empresas trasnacionales, organizaciones de la sociedad civil, universidades, medios de comunicación y organizaciones sindicales y religiosas), y 7) diplomacia consular y con la diáspora (por medio de la red consular y los representantes del Instituto de los Mexicanos en el Exterior). Así, aunque el presidente, sea Trump o Biden, sea el actor más importante en esta relación bilateral, es sólo uno entre múltiples actores.
¿Qué cambios se observarán si triunfa Biden? En el lado negativo, habrá un alejamiento simbólico entre Biden y López Obrador, ya que la visita del presidente mexicano a Trump en julio pasado fue percibida por los Demócratas como una muestra de apoyo a Trump. Esto alejó aún más a la actual administración de la élite partidaria demócrata, donde la distancia ha crecido desde la visita a México de Trump durante la presidencia de Enrique Peña Nieto en el proceso electoral de 2016.
En la parte positiva, es de esperarse que haya mayor certidumbre en la relación bilateral, por lo que no se tendrá que dedicar una parte sustantiva de la infraestructura de política exterior para atender las ocurrencias o tweets nocturnos de un presidente como Trump. Joe Biden es un político profesional que reencauzará el ejercicio del gobierno estadounidense a través de las instituciones gubernamentales establecidas, dando mucha más certidumbre a las políticas interna y exterior de Estados Unidos. Esto reduce la probabilidad de amenazas directas del presidente, no canalizadas institucionalmente, en contra de México u otros países del mundo.
En temas puntuales, es muy probable que haya cambios de matiz en áreas particulares, como la migratoria. Aun cuando Biden está obligado políticamente a ejecutar una política de control migratorio, ésta se hará de manera menos estridente. Es de esperarse que el control de la migración se dé, fundamentalmente, a nivel de frontera y no al interior del país. Esto es menos negativo para México, ya que las detenciones y deportaciones se concentrarán en migrantes que están cruzando la frontera, en vez de detener a personas que ya están asentadas e integradas a la sociedad estadounidense en el interior del territorio, muchas de ellas con estadías de cinco, diez o más años, así como con familias binacionales.
Finalmente, es probable que Biden invierta parte de su capital político para encontrar una solución negociada a nivel legislativo para atender el tema de los “dreamers” que se acogieron al programa DACA, de los cuales casi el 80% son mexicanos, poco más de medio millón de personas.
En suma, la elección de Joseph Biden como presidente de los Estados Unidos en la elección de noviembre, algo que cada día parece más probable de acuerdo con las encuestas electorales en Estados Unidos, tendrá un impacto relativamente menor en la compleja relación bilateral. Es de esperarse que se observarán cambios de matiz en los temas y formas de la relación. Sin embargo, el balance en estos cambios será positivo: a cambio del enfriamiento en las relaciones entre los presidentes, la relación bilateral será mucho más predecible e institucional, en beneficio del socio menos poderoso: México.
Asociado COMEXI
@jorgeschiavon
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