Publication Date: 30-10-2023
Lo que hay detrás del actual conflicto entre Israel y Hamas va mucho más allá del enfrentamiento bilateral.
Los ataques implican la preparación gradual de un escenario que pueda desembocar en una lucha con múltiples frentes no solamente en la región, sino también en el mundo.
El resurgimiento de las tensiones frena el avance que se había logrado para la mejora y consolidación de otras relaciones diplomáticas en Medio Oriente.
Absolutamente todos los países de la región mantienen algún interés en la causa palestina, ya sea como detractores o aliados, porque entre ellos se busca la hegemonía y preservar el control político y económico.
Hace apenas unos años, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin firmaron junto con Sudán y Marruecos los Acuerdos de Abraham. La prensa los catalogó como "la madre de todos los acuerdos en Medio Oriente", materializando una paz con Israel que no tenía precedentes y así, junto con Egipto y Jordania, se sumaron a la lista de naciones que manifiestan la voluntad de tener buenas relaciones por la vía diplomática con Israel.
Sin embargo, estos acuerdos excluyeron el tema de la situación en Palestina y los territorios ocupados, volviéndolos documentos meramente protocolarios que se centran en prioridades superficiales con una total desconexión de las verdaderas debilidades a nivel regional. Por ello, ahora estos pactos son insuficientes para continuar con la senda de paz y frenar la guerra que se está viviendo por la vía multilateral.
Otro casi aliado de los israelíes es Arabia Saudita, quien recientemente tenía interés en formalizar sus relaciones. Sacando provecho del máximo poder que mantienen ambos, especialmente en los países de la llamada media luna chiita.
No obstante, nuevamente estas pláticas no contemplaron la posibilidad de que existiera un frente abierto entre Israel contra Hamas o los palestinos, por lo que ahora lejos de concretarse, los saudíes pueden ejercer una enorme presión sobre Israel acerca del futuro de este conflicto.
Pese a tantos acuerdos, pláticas y negociaciones, los imprevistos de la actual guerra merman la prosperidad de la región, en primer lugar, por no abordar temas estructurales como las cuestiones de los territorios ocupados, y en segundo, porque sigue habiendo demasiadas resistencias internas en la mayoría de las naciones. Resulta fundamental que para que alguno de estos pactos logre visibilizar avances tangibles se trabaje la cuestión de los palestinos, los territorios y la diáspora.
En conclusión, el rincón del planeta que es una olla en ebullición requiere más que acuerdos con intenciones vacías, lo que verdaderamente se necesita es la injerencia activa con fines pacíficos de toda la comunidad internacional, ya que de lo contrario, las naciones árabes intentarán sacar tajada del conflicto utilizándolo ahora a su favor.
Por: SOFÍA PACHECO NIÑO DE RIVERA
ASOCIADA DEL PROGRAMA DE JÓVENES COMEXI
@Sofiapac
Participación en El Heraldo de México