Fecha Publicación: 31-07-2023
Gracias a la Inteligencia Artificial (IA) hoy vemos por todos lados fotos, videos, operaciones que se hacen con robots y doctores a distancia, ferias que muestran los avances más novedosos de robótica, autos que se manejan solos y hasta una app que puede escribir una tesis entera, como ChatGPT, que en dos meses alcanzó más de 100 millones de usuarios.
Todas esas acciones cuentan con redes de internet y datos privados que las personas damos, pero justo ahí surgen múltiples cuestionamientos, como el de a dónde va esa información recabada, ¿debe ser pública? ¿debe ser privada o regulada?
Hoy, la IA está experimentando un ascenso que pinta ser una verdadera revolución social, y que marcará un antes y un después de la humanidad como la conocemos actualmente.
Este tema tiene a la opinión pública del mundo dividida: por un lado, hay personas que dicen que no debería ser regulada, que simplemente es acercar y facilitar la información para que esta pueda ser compartida con más personas, pero, por otro lado, se escucha un llamado con cierta urgencia a que este tema sea discutido entre las naciones para lograr una regulación pronta.
Hoy, hay artistas musicales, como la talentosa Grimes (Claire Boucher), que en este año invitó a músicos a crear canciones a través de la IA copiando su voz, y a las y los cuales les prometió el 50% de regalías por cada pieza comercializada con éxito.
Es una cantante que se declara a favor de eliminar los derechos de autor, únicamente poniendo límites a cualquier producto que atente contra los derechos básicos de las personas. Para ella, la IA puede reemplazar a los humanos creativamente.
Por otro lado, el pasado 18 de julio, vimos el llamado del secretario general de la ONU al Consejo de Seguridad de ese organismo, para “abordar la IA con un sentido de urgencia, con lente global y mentalidad de aprendiz”, así como contar con medidas comunes para la transparencia, la rendición de cuentas y la supervisión de sus sistemas. En Naciones Unidas se señala que la IA podría amplificar los prejuicios, reforzar la discriminación y permitir nuevos niveles de autoritarismo.
Hoy no existe una regulación internacional para la IA. Algunos de los cuestionamientos centrales giran en cómo el sector público, y no solo el privado, puede ser agente de control y desarrollo. Otro es la falta de mecanismos de protección de la especie humana ante esta.
Otras preocupaciones giran alrededor de la capacidad que tendría la IA de esparcir desinformación, ataques cibernéticos, los límites que debería tener en su uso militar o de defensa de los países, en si solo debiese tener intereses pacíficos o hasta dónde choca con el tema de la ética. A pesar de los fuertes intereses privados, la Inteligencia Artificial se encamina para ser mundial y ampliamente discutida.
POR JUAN ERNESTO TREJO
Internacionalista por el ITAM, maestro en Relaciones Internacionales por la Central European University y asociado COMEXI.
@JuanErnestoTG
Participación en El Heraldo de México
