Fecha Publicación: 28-07-2023
La Organización Mundial de Comercio, OMC, continúa con los preparativos para la que será en cerca de 6 meses, su próxima Cumbre ministerial. No porque se trate de la agenda del primer bimestre del 2024 la fecha deja de estar cerca, así como el ritmo de acuerdos previos en el camino a ese momento.
Entre las preguntas de los negociadores y observadores se encuentra el cómo se enfrentarán los retos que se ha fijado la organización en el actual panorama internacional, cuando todos los mecanismos están revisando sus metas próximas y de mediano plazo. Especialmente en un ambiente en el que en el campo político el fortalecimiento del multilateralismo se ha vuelto un elemento persistente en los discursos políticos internacionales.
Qué parte corresponde al fortalecimiento del sistema internacional en el campo económico, comercial y financiero de los acuerdos, cuál parte a la operación e instrumentación de esos es parte de las definiciones. Lo mismo se puede decir respecto a los procesos de solución de disputas y el impasse en el que se encuentra la organización después de la desaparición de su órgano de apelaciones, o el abordaje a los desbalances en el sistema de comercio internacional, especialmente en el campo de la agricultura y las reglas para la pesquería, la inversión.
El contexto de competitividad global está marcado por adecuaciones que se realizan en el período post pandemia con la necesidad de equilibrar los apoyos y la colaboración en las diferentes regiones. Especialmente cuando el fortalecimiento de las cadenas de valor desde aspectos integrales que incluyan la protección ambiental y el desarrollo sostenible ha costado tanto que se encuentren en los acuerdos internacionales de comercio.
En ese sentido, la OMC enfrenta el reto de sumar a la lucha contra el cambio climático. El comercio es una herramienta fundamental en la misma con la promoción de cadenas de valor más verdes, reducción en la huella de carbono de los productos y servicios creando incentivos para ello: Así como con el impulso a la economía circular. El comercio internacional genera un espacio de cooperación natural entre sector privado, gobierno y los ciudadanos, fórmula indispensable para la aceleración de soluciones que contribuyan con esa lucha.
El fortalecimiento del multilateralismo también pasa por la reforma a muchos espacios vinculados a la Organización Mundial de Comercio. Supone la cooperación, el diálogo económico y social entre regiones para el crecimiento y prosperidad mutuas tomando en cuenta consideraciones globales. Para países como México que pertenece al mismo tiempo a varias regiones, estos aspectos son fundamentales.
El comercio es también una herramienta para la implementación de soluciones que, además de generar beneficios económicos tengan impactos sociales, con medidas como la comprobación del respeto a los derechos laborales y humanos de los trabajadores.
Es relevante ver al multilateralismo como un medio para fortalecer el desarrollo nacional. Hay tiempo suficiente para prepararse y presentar una posición fuerte que sume a retomar el liderazgo del país en la materia. Después de todo, uno de los principales atractivos de México que ha fomentado la llegada de empresas es justamente el andamiaje legal con el que cuenta en materia de comercio e inversiones internacionales.
Vanessa Zárate Castillo es Asociada COMEXI y Miembro de la Unidad de Estudio y Reflexión sobre Economía, Comercio y Finanzas internacionales.
Participación en El Economista