Fecha Publicación: 03-12-2021
La inestabilidad y la pobre oferta política en América Latina en las últimas décadas han sido los grandes obstáculos para que la región pueda dar un salto en temas económicos, de inversión y de desarrollo social comparado con otras regiones como la Unión Europea y Asia Pacífico quienes han encontrado una fórmula para la paz entre la cúpula pública y privada.
Con Ortega en Nicaragua, Díaz-Canel en Cuba, Maduro en Venezuela, Castillo en Perú, Fernández en Argentina, Piñera en Chile o Bolsonaro en Brasil se ha incrementado la incertidumbre y se ha puesto en duda si realmente existen la democracia plena y la división de los poderes en los países de la región; también la existencia de opresión hacia los opositores y a los derechos humanos ha marcado una serie de heridas devastadoras para el desarrollo.
Sin duda, se ha vuelto una tradición en la región latina que los votantes salgan a las urnas para elegir a la opción menos peor, sin saber que los partidos opositores no siempre son la solución real a los problemas que se viven en zonas sumamente marginadas por la corrupción, la desigualdad, el desempleo y la pobreza que quedaron más marcadas y en evidencia por la pandemia del COVID-19.
Las Elecciones en Honduras
Honduras cuenta con una población de 9.9 millones de habitantes y es la economía número 107 por volumen de PIB; ocupa el lugar 132º en el Índice de Desarrollo Humano y en el 121º puesto de los 190 que conforman el ranking Doing Business.
En la pandemia, de acuerdo con datos del Banco Mundial (2021), el PIB del país centroamericano cayó un 9% en 2020 y la tasa de desempleo llegó a la cifra récord del 9.5% en ese mismo periodo. El 10 % de las empresas en Honduras, en su mayoría micro y pequeñas, cerraron operaciones indefinidamente y se cree que la industria vivió un retroceso de 15 años por los efectos del COVID-19.
Bajo este escenario, el domingo 28 de noviembre se celebraron las primeras Elecciones Generales de Honduras tras la gran polémica sucedida durante el ejercicio de 2017, en la cual, se falló a favor de la reelección del presidente en turno Juan Orlando Hernández del Partido Nacional de Honduras (PNH) a pesar de haberse considerado como un acto inconstitucional por muchos expertos.
Reinaldo Espino Reyes, docente investigador, que fungió como observador electoral en estas elecciones, describe que han sido unas elecciones sin precedente y se vivió una gran campaña de concientización previa al ejercicio electoral. Comenta también que nunca se había visto una participación ciudadana de esta índole y que el país celebra la posibilidad de un cambio muy necesario en tiempos tan difíciles.
De acuerdo a los resultados preliminares, la candidata izquierdista por el Partido Libertad y Refundación (Libertad), Xiomara Castro, aventaja con amplitud al oficialista Nasry Asfura con más de 50% de los votos escrutados según los conteos publicados por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Cabe recordar que no solamente se elige al jefe de estado, sino también se nombran 128 diputados titulares al Congreso de Honduras con sus respectivos suplentes, 20 diputados al Parlamento Centroamericano, 298 alcaldes y 298 vicealcaldes, así como 2092 regidores.
¿Será la solución?
Se debe considerar el fortalecimiento del PNH durante los últimos 12 años; y que no le será una tarea fácil gobernar en caso de que Xiomara Castro llegue al poder, ya que se encontrará con una oposición buscando obstruir las iniciativas, y en su caso, buscando nuevamente la oportunidad para dar otro golpe de estado como lo ocurrido en 2009. También dependerá de la división del pastel en el Congreso y de cómo quedarán representados los partidos.
Castro llegaría con una serie de iniciativas progresistas referente al aborto y a la comunidad LGBT+ en un país sumamente religioso donde el 90% de la población son cristianos-católicos con ideologías conservadoras. La posible presidenta también ha prometido desterrar la corrupción del país, pero su transformación podría estar limitada por su pasado, los lazos políticos y la oposición conservadora. Estará bajo la sombra de su esposo y expresidente, Manuel Zelaya, quien fue depuesto por un golpe militar en 2009 luego de intentar emular las políticas de Hugo Chávez, quien fuese el presidente de Venezuela de ese entonces.
En esta orden de ideas, Honduras se uniría a una larga lista de países latinos que en los últimos años han decidido optar por una ideología de izquierda como solución a los problemas de corrupción, desigualdad y pobreza. La región latina, descrita por Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) como “no la más pobre pero sí la más desigual”, con el tiempo, tendrá que demostrar que no se ha equivocado en las urnas; o en su caso, seguir viviendo un retroceso político, económico y social.
Puede parecer que el viento no sopla a su favor, pero el tiempo lo dirá.
Licenciado en Negocios Internacionales por el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Académico e investigador.
Twitter: @chennie_tw