Fecha Publicación: 31-03-2023
¿Qué sigue después de que Tesla y Ford fabriquen coches electricos? México es gran productor de autos sin un coche propio. El sexto exportador mundial de automóviles sufre de un cielo gris y urgencia de transporte ecológico.
Ante el entusiasmo que despierta la nueva producción de carros de lujo eléctricos, valdría reflexionar porque nos conformamos con vivir al margen de los negocios y la innovación. ¿Es un problema de educación, dinero o el síndrome de Peter Pan?
El país ha sido exitoso en copiar e innovar en industrias mundiales como cemento, alumino y autopartes. Mas asombra que con una gran fabricación de vehículos, teléfonos celulares y televisiones no existan todavía firmas importantes mexicanas.
De los 7 principales productores globales, México es el único que no tiene su marca de autos. Así como los mexicanos somos capaces de forjar más de 3 millones de carros al año, damos un par de pretextos.
China que está a la cabeza, ha tenido un crecimiento exponencial en su economía y su población le da un gran mercado interno. Estados Unidos es pionero de la producción el línea y casa de las 3 grandes: General Motors, Ford y Chrysler. India desplazó a Japón en 2022 como tercer mercado de vehículos. Otro achaque, las compañias indias Tata y Ashok tienen muchos clientes locales.
En cuanto avanzamos en la lista se van agotando las disculpas. Japón y Alemania llevan décadas inovando. Diríamos: ellos están desarrollados y México no tiene recursos para ciencia e investigación.
Corea es nuestro espejo más tortuoso, pues tuvo un desarrollo similar al nuestro. Ahora, además de rebasar a europeos y japoneses en celulares y TVs, tiene firmas automotrices de primer nivel. El economista coreano Ha-Joon Chang recuerda que Hyundai se dedicaba a la construcción y se diversificó en los años 1960. En los 70 y 80 colaboró con empresas como Ford y asimiló su conocimiento. En 2009, Hyundai produjo más autos que Ford.
Para reducir las escusas, olvidemos a los primeros 20 productores. Vayamos al 21. Malasia tiene un cuarto de la población mexicana y su mercado interno es menor. Cuenta con automotoras malayas, como Proton y Perodua, rentables y con tecnología propia. Según el profesor Mohmad Sharifde la Universidad Utara Malaysia, el proyecto nacional de Proton ha sido más que un manufacturador de autos, ha servido para adquirir conocimiento extranjero y desarrollar al país. Proton finalizó 2022 como su cuarto año de crecimiento consecutivo. Por cierto, adquirió a la británica Lotus.
Los malayos, con menos historia automotriz que los mexicanos, han sabido emular y mejorar las marcas extranjeras. Los autos malayos generan ventas, empleos y además, conocimiento colectivo, responsabilidad empresarial e innovación local.
Ninguna de estas experiencias es un cuento de hadas, mas México podría aprender de ellas. Los empresarios mexicanos desaprovechan un negocio millonario y ecológico: autos eléctricos limpios para un cielo gris. Eso sigue después de Tesla.
*El autor es asociado del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), autor internacional y diplomático.
Participación en El Economista