Fecha Publicación: 22-03-2023
Con la negativa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador de entregar la presidencia Pro-Tempore de la Alianza del Pacífico al gobierno de Perú presidido por Dina Boluarte surgieron dudas sobre el futuro de este mecanismo creado en 2011. Lo anterior se debe al desconocimiento de su gobierno por los sucesos del año pasado donde se destituyo al presidente electo Pedro Castillo y por las graves violaciones a los derechos humanos que suceden en su país, situación que los gobiernos de Colombia y Chile también han condenado.
La estructura de la Alianza es flexible por lo que no le afectan mucho los asuntos internos de sus miembros, ya que fue creada con el objetivo económico de posicionar a los cuatro países dentro de Asía Pacífico y no con uno político. Los gobiernos de derecha de Sebastián Piñera en Chile, Juan Manuel Santos en Colombia, Felipe Calderón en México y Ollanta Humala Tasso en Perú fueron los encargados de hacerlo, ideología que se ve reflejada en el Acuerdo Marco y en su Protocolo del 2016, donde se regula el comercio junto con los TLC’s entre los cuatro países.
Aún con lo anterior, no cuenta con un tratado que cree una organización internacional como el Tratado de Asunción para el Mercosur, y tampoco tiene una sede como lo es Bruselas para la Unión Europea, sino que su integración la está llevando de manera diferente.
De hecho, muchos de sus documentos oficiales son las Declaraciones Presidenciales de sus Cumbres que muestran la voluntad y compromiso entre los Jefes de Estado, pero no buscan adquirir más obligaciones de las que ya tienen.
Por otro lado, hay que voltear al Mercosur, a principios de este año sucedieron dos hechos importantes, el regreso de Lula Da Silva al poder en Brasil y el anuncio de la posible creación de una moneda común para Argentina y Brasil en el Marco de la CELAC, lo que significa una posible unión económica, así como la existencia de una afinidad política entre ambos gobiernos. Para lograrlo deberán fortalecer su unión aduanera, donde Uruguay ha buscado negociar tratados bilaterales por su parte.
No deja de ser relevante que las dos grandes economías de la región, Brasil y México se junten para lograr un acuerdo, quizá en un futuro fusionar la Alianza con el Mercosur tal como ya lo ha profundizado la CEPAL en algunos de sus estudios sobre los posibles encadenamientos comerciales. La Alianza puede fortalecer su lado político para ser más determinante con situaciones como las de Perú y el Mercosur por el lado económico-comercial con el arancel común para sus miembros.
La integración y cooperación siguen teniendo una situación compleja por las diversas realidades que convergen, tanto los discursos y cumbres pueden abonar a la intención, pero los compromisos adquiridos deben trascender los gobiernos en turno aún con los vaivenes políticos.
Erick Lucio López Avila. Asociado del COMEXI. Lic en Relaciones Internacionales por la FES Aragón. Especializado en comercio exterior, derechos humanos y en migración. Miembro del REDAN del CISAN. Twitter: @LucioMike IG: lucius_2103 “
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