Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales

Última actualización:
2024-04-26 00:34

COVID Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

Fecha Publicación: 26-05-2021

En 2019 y 2020 la pandemia trajo consigo el cierre de las grandes economías del mundo. Con la cuarentena vino el trabajo en casa y con ello el fin de los viajes de trabajo y el turismo. Los aviones permanecieron en tierra, se cerraron las fábricas, las escuelas y los automóviles se quedaron estacionados en casa por meses. Estos cierres provocaron una disminución muy importante en el uso de combustibles fósiles, disminución calculada en casi 7% de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE).

La vacunación trae consigo el optimismo de volver a la normalidad, de la reapertura de empresas, de trabajos, de escuelas. La reapertura de las economías es algo positivo, pero tiene un lado oscuro. El 2021 podría convertirse en el año en el que el mundo vuelva a los niveles pre-pandemia de emisiones de carbono. En diciembre 2020 ya vivimos un incremento de 2% en comparación con diciembre de 2019.

En un reporte presentado en abril pasado, la AIE señaló que en este 2021 podríamos ver un incremento de emisiones de hasta casi 5%, el más alto desde 2010. Todo esto demuestra que, lamentablemente, la desaceleración económica que vivió el mundo en el último año no es una solución ni ambiental ni económicamente viable para detener las emisiones y frenar el cambio climático.

La reactivación económica que tanto están impulsando los gobiernos de todo el mundo trae, en muchos casos, planes muy agresivos que pueden resultar contraproducentes para la reducción de emisiones. Gobiernos como China -o México- están sustentando parte de su regreso en un uso intensivo de combustibles fósiles para generar empleos, abrir o reabrir empresas y atraer inversiones. Para lograrlo será inevitable un incremento en la demanda de energía que, se calcula, será más alta en 2019.

Si bien aún es apresurado adelantar conclusiones sobre lo ocurrido, hay dos aprendizajes que parecen ser claros. El primero es que combatir el cambio climático requiere soluciones sostenibles, ambiental y económicamente sostenibles. De otra manera, nos enfrentamos a situaciones como la actual. Las cuarentenas en todo el mundo están dejando una huella de pobreza, desempleo y cierre de empresas muy alto. Un impacto económico y social sobre el que debemos trabar intensivamente para que la recuperación económica nos permita, no sólo encontrar soluciones para garantizar la equidad, la salud y el bienestar de la ciudadanía sino también garantizar que seguimos en la carrera por la reducción de emisiones y el combate al cambio climático.

Por supuesto no hay una receta mágica para lograrlo y de ahí deviene el segundo aprendizaje. La reapertura económica debe pasar por un NO RETORNO a la Normalidad. Porque ha sido esa normalidad económica la que nos ha llevado al punto en el que nos encontramos actualmente. La reapertura entonces debe estar sustentada en un cambio económico estructural que implique a todos los negocios e instituciones y por supuesto a los ciudadanos.

Es un hecho, no podemos volver a hacer “negocios como siempre (business as usual). Justamente esa lógica nos tiene en la crisis climática en la que estamos. Transformación económica y sustentabilidad, repensar el futuro, proponer formas nuevas de hacer negocios y de crecer económicamente deberían ser los temas en el centro del debate en todos los países.

Y lo está en algunos de ellos como en Estados Unidos, China o la Unión Europea. Nos toca la tarea como ciudadanos exigir que en países como México lo sea. Que dejemos de apostar por carbón y combustibles fósiles cuando el mundo entero está mirando a otro lado. Cuando está demostrando que un futuro de energías limpias es mejor para el medio ambiente, para nuestra salud y también para nuestra economía.

Solange Márquez. Asociada Comexi

Twitter: @solange_