Fecha Publicación: 28-02-2022
Del 28 de febrero al 2 de marzo se lleva a cabo en Nairobi, Kenia, la Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA 5). La cual integra la participación de 193 gobiernos de países, además de representantes de la sociedad civil, comunidades indígenas y empresas que dialogan y acuerdan acciones en torno a los principales retos de la agenda de medio ambiente global.
Es la quinta ocasión que se celebra la UNEA, pero sus orígenes se remontan a 5 décadas. En 1972, la Conferencia de Estocolmo sobre Medio Ambiente Humano marcó el inicio de la agenda global de desarrollo sostenible: se adoptaron 26 principios y un Plan de Acción para la protección de medio ambiente global, además de la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que se hospedó en Nairobi.
La Conferencia de Estocolmo motivó el desarrollo normativo encaminado a la protección del medio ambiente y hoy la mayoría de los países cuentan con leyes e instituciones en la materia. Asimismo, se han suscrito cientos de acuerdos de cooperación ambiental para enfrentar cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el manejo sustentable de sustancias químicas, entre otros.
El deterioro del medio ambiente continúa a ritmos alarmantes en todas las regiones del mundo. Las emisiones de gases de efecto invernadero se han duplicado en las últimas tres décadas y podríamos alcanzar el umbral crítico de incremento de temperatura, en 2030. Las actividades humanas han alterado 75% de los ecosistemas terrestres, 85% de los humedales y 66% de los océanos. Hoy, más de un millón de especies en el mundo están en peligro de extinción.
El tema central de la UNEA 5 es “Fortalecer las Acciones de la Naturaleza para el Desarrollo Sostenible”. Los bienes y servicios provistos por la naturaleza son fundamentales para sostener nuestras economías, así como para la supervivencia los seres humanos. El Foro Económico Mundial estima que la mitad del PIB global (44 billones de dólares al año) dependen de los servicios provistos por la naturaleza y por ello su reporte de riesgo ubica la pérdida de biodiversidad y la falta de acción climática entre los riesgos más apremiantes de la presente década.
La recuperación económica postCOVID ofrece una oportunidad para reformar los sistemas de incentivos que han impedido el cumplimiento de las metas ambientales. Por ejemplo, cada año los gobiernos gastan 1.8 billones de dólares en subsidios dañinos al medio ambiente, equivalente a 2% del PIB global.
Si bien estas medidas tienen la intención de atender retos sociales, pueden ser diseñadas de forma que minimicen sus impactos ambientales. También existe un gran potencial para fomentar oportunidades de negocio y desarrollo social a través de “soluciones basadas en naturaleza”.
México es un país megadiverso y hemos suscrito la mayoría de los compromisos internacionales para proteger el medio ambiente global. Hoy tenemos la oportunidad de fortalecer nuestra competitividad, a través del aprovechamiento sustentable de nuestro capital natural.
POR ENRIQUE LENDO
ASOCIADO DE COMEXI Y EXPERTO EN TEMAS ECONÓMICOS Y DE DESARROLLO SUSTENTABLE
Participación en El Heraldo de México