Fecha Publicación: 13-07-2022
Ante un escenario pandémico, las personas creen volver a la nueva normalidad una y otra vez sin percatarse que el combustible que los nutre esta escaseando de una manera peligrosa.
El número de personas que sufre subalimentación cada vez empeora. De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la décima parte de la población la padece, esto significa 811 millones de personas, más de la mitad se encuentran en Asia, más de un tercio en África, y el 6 por ciento vive en América Latina y el Caribe.
A raíz del conflicto ruso, una de las mayores preocupaciones fue el alza de precios de los hidrocarburos y gases. Para nuestro país, que ya empieza a resentir los efectos con una inflación en los productos de primera necesidad, ciertamente se alerta por la escasez de fertilizantes que, si bien más de la mitad de los productos alimenticios a nivel mundial son gracias a ellos, nuestra agricultura ocupa alrededor de seis millones de toneladas al año, siendo Rusia su mayor proveedor.
Durante el periodo de 2017 a 2019, en México alrededor del 7.1 por ciento se ubicaba debajo del nivel mínimo de consumo alimenticio y para este año ya se habría rebasado el 20 por ciento. Si bien, México ha logrado posicionarse como el principal productor de aguacate, así como de otros bienes agrícolas, aún no logra la autosuficiencia en su cereal base de su alimentación, siendo el segundo importador de maíz a nivel mundial, lo que provoca una mayor vulnerabilidad en la nutrición de los mexicanos.
Ante esta escasez alimentaria mundial, los organismos internacionales han instado a los gobiernos evitar el acaparamiento de reservas y ponerlas a disposición de los más necesitados, pero se aleja mucho de la realidad porque ya más de 20 países han impuesto la prohibición de exportar ciertos alimentos para asegurar que su gente tenga que llevar a la mesa.
El problema no es nuevo, países ya llevan protegiéndose desde hace un par de años y al día de hoy, China cuenta con una de las mayores reservas de granos a nivel mundial. Ucrania, Rusia e India han restringido sus envíos de trigo. Por su parte, Malasia condicionó la prohibición de las exportaciones de pollo e Indonesia, el productor de más de la mitad del aceite de palma, prohibió su venta al exterior de este importante insumo. Asimismo, Estados Unidos y Brasil han recortado sus volúmenes de siembra por las afectaciones de las altas temperaturas y falta de fertilizantes.
Con recursos limitados y crecientes presiones, el sistema alimentario actual ha demostrado una vez más ser una amenaza en las cadenas de suministro de todo el mundo, las instituciones financieras luchan ferozmente por frenar la inflación y los consumidores reciben el mayor golpe, pero es una realidad que todos empezamos a sentir más hambre de la habitual.
POR BERTHA BANUET
ASOCIADA DEL PROGRAMA DE JÓVENES COMEXI
@BERTHABANUET
Participación en El Heraldo de México