El jueves 26 de marzo el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI) sostuvo la primera edición de la serie "Quarantine Webinars". En este webinar titulado "COVID-19: Desafíos de una enfermedad global" el Dr. Julio Frenk (Presidente de la Universidad de Miami y Ex Subsecretario de Salud de México) realiza un análsis sobre la problemática del COVID-19 en las esferas social, política y económica en México y el mundo. En este webinar también participaron el Dr. Luis Rubio, Presidente de COMEXI, y la Lic. Verónica Ortiz, Directora General de COMEXI.
COVID-19: DESAFÍOS DE UNA ENFERMEDAD GLOBAL
La presentación comienza con una bienvenida del presidente de COMEXI, Luis Rubio, quien explica la necesidad de entablar un diálogo respecto del COVID-19, puesto que hay una enorme confusión respecto al tema. En este sentido identifica dos componentes clave: el aspecto sanitario y de salud pública, así como el de la comunicación. Este último es la principal causa de los desencuentros que se han vivido en las últimas semanas tanto en el sector público, como en el privado y la sociedad civil.
Después de esta breve introducción, el Dr. Julio Frenk inicia explicando el contexto y los principales elementos de la situación. Describe que el coronavirus, COVID-19, es uno de los ejemplos más claros de la interdependencia, así como de la interconectividad global. La relevancia de abordar el tema va más allá de cuestiones de salud, dado que existe una línea discursiva preocupante en múltiples países, que a su vez se alimenta de la reciente ola de populismos. Estos gobiernos podrían usar la pandemia actual como una excusa para encerrarse aún más en el unilateralismo, incluso cuando la solución al problema radica en la cooperación internacional.
Continúa argumentando que, a pesar de que ya han sucedido pandemias (incluso persiste el tema del VIH, por ejemplo) el COVID-19 tiene una serie de particularidades que la diferencian de las anteriores. No obstante, todos los patógenos nuevos tienen la característica de la incertidumbre: al ser el primer encuentro no se sabe cómo va a evolucionar. Esto, a su vez, impone dos grandes imperativos para los organismos nacionales e internacionales.
Primero, la necesidad de contar con un plan de contingencia. Como aún no existe un conocimiento a fondo de la pandemia actual, es importante recordar medidas que funcionaron previamente, al mismo tiempo que se está atento a cualquier escenario y así evitar el peor de los supuestos. Segundo, es crítico tener una comunicación eficaz. Si bien la naturaleza de un nuevo patógeno es la incertidumbre, la población quiere y exige certidumbre; de lo contrario se genera ansiedad. Si el manejo de la información es ineficaz y el mensaje es incongruente, la preocupación de las personas se transforma en conductas irracionales como las compras de pánico. La mayoría de las veces, estos comportamientos resultan ser peores que la misma enfermedad.
El Dr. Frenk aclara entonces que, debido a esto, es necesario comparar la respuesta de México frente a otros países. En esta comparativa, distingue a su vez dos tipos de países: aquellos que anticiparon la crisis y actuaron de forma temprana (como Corea del Sur y Japón) y otros que tuvieron acciones titubeantes, ignorando la posibilidad de que también sería un problema para ellos (el caso de Italia, Estados Unidos y México).
El segundo tipo de país presentará aún más problemas si hay mensajes encontrados desde los puestos más altos de gobierno, como sucedió en Estados Unidos. Durante la conferencia de prensa del presidente Trump, en la que contradijo lo que explicaban los expertos de salud en cada una de sus intervenciones, los índices bursátiles caían, evidencia de que esto sólo generaba incertidumbre. Es decir, el nerviosismo de la población aumenta cuando los políticos contradicen a los técnicos y especialistas.
Ocurre lo mismo en México, porque hay imágenes descoordinadas entre lo que apuntan los expertos y lo que hace la administración federal. Para comprender a mayor detalle cómo se desarrollará la pandemia en el país, el Dr. Frenk apunta que, aunque están relacionadas, existe una distinción entre lo que es Salud Pública y las unidades de atención médica. Para la primera, hay una serie de fases que indican qué acciones tomar. Se inicia con la la fase de contención, en la cual se pueden rastrear los contagios. En segunda instancia, cuando estas medidas no se implementan a tiempo, se llega al punto de transmisión comunitaria y es imposible seguir el rastro de casos particulares. La desidia del gobierno ignora que México ya se encuentra en la segunda fase desde hace tiempo.
Añade que el COVID-19 es altamente contagioso, aún más que la influenza. Sumado a ello se puede transmitir por personas que presentan síntomas muy leves o inclusive por quienes no tienen síntoma alguno. Por ello, es de gran importancia que se implemente la medida del distanciamiento social. Precisamente, los tres objetivos centrales de acciones para hacer frente a situaciones como esta son: a) interrumpir la transmisión del virus; b) distribuir en el tiempo la aparición de casos, de tal suerte que el sistema de atención médica no se vea abrumada; c) ganar tiempo para que se desarrollen curas como medicamentos o incluso una vacuna.
El Dr. Frenk advierte que, si se pierde la oportunidad de realizar acciones tempranas, las medidas para solucionar la pandemia necesitarán ser más intensas, lo que hace aún más profundas las consecuencias económicas y sociales. El titubeo o la falta de coordinación hace más difícil la distribución de casos en el tiempo. El Dr. Frenk asegura que México aún está a tiempo, pero a pesar de que es entendible el dilema entre medidas de contención y la interrupción económica, es el momento de concentrar los esfuerzos para evitar que se agrave el problema en México, más que enfocarse a la economía de corto plazo. Concluye su primera intervención agregando que durante las pandemias lo que se transmite no sólo son microrganismos, sino también la desinformación; este tema también requiere de liderazgo fuerte y mensajes claros.
Se abre entonces la sesión de preguntas y respuestas, que inicia con el cuestionamiento de Luis Rubio: ¿Cómo se puede saber en qué momento de la transmisión se encuentra México si hay tan pocas pruebas y tanta desinformación? El Dr. Frenk responde que en efecto, existe un problema circular, puesto que la prueba diagnóstica comenzó aplicándose sólo a las personas que habían viajado recientemente a países con altas tasas de contagio o habían estado con alguien que lo hizo. Pero al restringir la prueba, sin una mente abierta que supusiera la posibilidad de transmisión comunitaria, ahora no hay datos suficientes. Este es un claro ejemplo de la decisión equivocada.
La siguiente pregunta es respecto a la migración y la falta de información en México. El virus no reconoce fronteras, pero cuando se revisan los mapas de infección se puede observar una importante cantidad de casos en el sur de Estados Unidos, como en California y Texas; mientras que al norte de México no existen, como si el virus reconociera fronteras. Sumado a ello, hay una importante población migrante en esta zona geográfica. Por ello, ¿qué va a suceder cuando crezca el número de personas infectadas y qué pasará con los migrantes?
El Dr. Frenk concuerda que el tema de migración es un asunto que se está viendo afectado por el COVID-19. La administración de Donald Trump ya había impuesto condiciones muy restrictivas a la migración y este tema impulsará más medidas que frenen la situación. Estrategias de distanciamiento social y limpieza en refugios serán fundamentales para evitar que empeore la situación humanitaria de estas personas, con una vigilancia de los medios y organismos internacionales.
Posteriormente se le pregunta: ¿Qué sucede con la inmunidad y si existe la certeza de que una persona que ya se contagió la genera? Además, ¿podría haber un rebote? A esto responde que es imposible asegurar que las personas nunca se volverán a enfermar, pero dado el tipo de virus, es altamente probable que sí la generen. De hecho, continúa el Dr. Frenk, hay un argumento que utilizó la Secretaría de Salud Pública en una de sus publicaciones, en donde propone no cerrar escuelas para que los niños se enfermaran (un grupo menos vulnerable) para que estos generen inmunidad colectiva. Esta acción se conoce como herd immunity y consiste en que, pasado un cierto porcentaje de población contagiada el virus ya no puede transmitirse. A pesar de esta lógica, el problema recae en que los niños y jóvenes regresan a sus casas con sus papás y sus abuelos, quienes sí pertenecen a los grupos más vulnerables; principalmente considerando que alrededor del 16% de la población en México tiene diabetes.
Sin embargo, continúa, algo que sí es muy promisorio es realizar una prueba para medir anticuerpos. Es decir, como el 80% de las personas contagiadas no muestran síntomas o muestran síntomas muy leves, a veces pasa desapercibido que estén enfermas y por eso transmiten con tanta facilidad el virus. Mediante una prueba de anticuerpos, se podría saber qué personas ya se enfermaron y por ello pueden regresar a la actividad económica. Concluye su respuesta aclarando que es natural este tipo de problemas epidemiológicos, puesto que hay una gran cantidad de ejemplos históricos y eventualmente se da una adaptación. El punto es reducir sus efectos negativos lo más posible.
La siguiente pregunta que se le hace es: ¿Qué tanta capacidad tiene México para atender un problema como este, aún con las medidas de sana distancia y considerando que hay poco presupuesto a salud, así como una transición del Seguro Popular al INSABI? El Dr. Frenk responde que, aunque nunca es buen momento para una pandemia, este sin duda es uno de los peores debido al recorte en salud y, en temas económico, el poco crecimiento del país. Añade que las acciones de esta administración han debilitado al sistema de salud pública y han dejado de atender al sistema epidemiológico tan efectivo que tiene el país desde los ochenta; mismo que fue clave en la detección y contención del H1N1.
Pero la postura de ataque que ha seguido la administración actual hacia funcionarios públicos que estaban desde hace ya varios años, provocó una fuga de expertos, la renuncia de grandes técnicos y una gran intromisión de las figuras públicas en temas que no conocen. Sumado a ello, eliminar el seguro popular fue un error que será otra carga más a la falta de medicamentos e instrumentos de atención. No sólo eso, sino que el COVID-19 se suma a un problema de resurgimiento del sarampión, por ejemplo.
A continuación, se le pregunta si las características demográficas de México, como son las comunidades alejadas de las grandes urbes, harán que menos personas se vean afectadas. Responde que, en efecto, hay dos factores de la demografía que son de gran ayuda: La primera es una población dispersa, mientras que la segunda es una estructura poblacional más joven (a diferencia de Italia, por ejemplo). Pero también hay factores negativos, como lo es la concentración urbana en la CDMX, de las más grandes del mundo.
Posteriormente se hace la pregunta: ¿Qué tan pronto se podría encontrar una cura? El Dr. Frenk contesta que eso dependerá qué tanto apoyo financiero se dé a los científicos y cuánto tiempo se les compre. Agrega que a nivel mundial hay tres tipos de herramientas que serán de gran ayuda: 1) el diseño de pruebas diagnóstico más rápidas (o de inmunidad); 2) la creación de una vacuna efectiva, aunque eso puede tomar de 12 a 18 meses o; 3) encontrar un medicamento que, si bien no sea una cura, mitigue los síntomas más graves para que de esa forma se alivie la presión sobre el sistema de salud. Por eso es por lo que es tan importante el distanciamiento social, para dar tiempo a las empresas y a los centros de salud en trabajar en soluciones.
Las siguientes preguntas se relacionan con el liderazgo y la comunicación. Primero, ¿cómo se puede enfrentar la división entre el distanciamiento social y aquellos que no pueden darse el privilegio de quedarse en casa? Segundo, ¿puede López-Gatell [subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud] ser el líder de los esfuerzos contra el COVID-19? El Dr. Frenk responde que, respecto a la primera pregunta, los líderes deben ser ciudadanos ejemplares. Desde el nivel más alto, que es la Presidencia, se pone un mal ejemplo de nulo distanciamiento social. Esto no necesariamente quiere decir que todas las personas deban quedarse en casa, aunque es lo ideal, sino que aquellas que trabajan en condiciones de más informalidad, deberán tomar medidas de higiene más profundas. Además, el gobierno debe tomar responsabilidad hacia esas personas que no han podido regularizar su labor a través de apoyos financieros pequeños.
Por otro lado, considera que López-Gatell es una persona competente, que tiene experiencia en el tema pero que necesitará operar sin la presión de un discurso político contrario a lo que señalan los protocolos. Añade que México debe considerar como líder no a la presidencia, sino al Consejo de Salubridad General, una institución que surgió de la gran cantidad de muertes por microorganismos durante la Revolución Mexicana. Se trata de la autoridad sanitaria adecuada para atender este tipo de crisis que, si bien depende del Ejecutivo Federal, está facultado para actuar de forma autónoma. Tiene el mérito de reunir a todas las dependencias y sus órganos necesarios, como la Secretaría de Hacienda y la Secretaría de Educación Pública.
Finalmente, se le pregunta si las medidas pueden causar más problemas que la enfermedad, haciendo referencia a las consecuencias económicas que podrían traer las acciones actuales y si los organismos multilaterales e instituciones pueden ayudar a homologar estrategias a nivel nacional. El Dr. Frenk responde que precisamente es la primera preocupación que ha seguido el gobierno actual, pero suspender las medidas de distanciamiento podrían provocar perder todo el terreno que se ha ganado contra el COVID-19; a la larga será mejor pensar que se sobreactuó a no haber hecho nada.
Concluye que precisamente las instituciones internacionales traen consigo un reto. Se tiene que preparar una buena estrategia de comunicación, coordinada con los gobiernos. El populismo del que se han servido varios gobiernos alrededor del mundo es un riesgo para la salud pública, mismo que podría tomar mayor fuerza a través de un nacionalismo aumentado por la situación actual. No obstante, el mundo de hoy está globalizado, por lo que la única defensa radica en la cooperación internacional, dado que sólo se puede lidiar con amenazas comunes trabajando en conjunto.
Elaborado por Alejandro Hernández Buen Abad