Fecha Publicación: 24-11-2025
No dejamos de creer en la política porque “no sirva”, sino porque demasiadas veces ha servido para lo contrario de lo que promete. En lugar de construir valor público —buenos servicios, instituciones confiables, futuro compartido—, la política se ha vuelto con frecuencia una maquinaria que lo destruye: erosiona la confianza, normaliza la opacidad, premia la mediocridad y encierra el poder en pequeños círculos íntimos.
Sigue leyendo aquí