Fecha Publicación: 04-11-2025
Juan y Francisco llegaron a Michoacán después de los granadazos en Morelia, en 2008. Llegaron cuando el país apenas comenzaba a entender que el crimen organizado ya no era una historia lejana. Desde entonces durmieron y vivieron en Michoacán durante años, hasta que ese territorio se volvió más suyo que su propia casa. Su hija y sus hijos crecieron lejos, mientras ellos, un par de policías federales, se acostumbraron a convivir con los ronquidos de otros compañeros, en lugar de los cuentos antes de dormir.
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