Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales

Última actualización:
2025-10-29 12:15

RELANZAMIENTO A LO GATOPARDO

Fecha Publicación: 28-10-2025

El Partido Acción Nacional (PAN) promete una renovación nacional. La coyuntura no puede ser más crítica para el partido de la derecha mexicana, con niveles de identificación partidista e intención de voto que –de acuerdo a algunas encuestas– rondan un solo dígito. Sin embargo, el destino del panismo resulta de interés general ante el creciente afianzamiento de Morena como partido hegemónico, y la evidente deriva autocrática del país.

 

El preludio al discurso del presidente nacional panista resultó desalentador. Pulularon intervenciones poco emotivas, de poca sustancia y plagadas de lugares comunes. Hubo tres mensajes videograbados cuyo provecho resulta cuestionable para todos: de Enrique Krauze, quien habla de libertad y democracia, pero nunca de igualdad y Estado; de Lorenzo Córdova, quien declaró que seguiría los pasos de José Woldenberg, pero hoy aparece en eventos partidistas; y de José María Aznar, el primer ministro español que apoyó la invasión estadounidense a Irak. Peor aún, se exhibió un video hecho con inteligencia artificial, mostrando un cielo ensombrecido, con ciudadanos literalmente peleando contra quién-sabe-qué cosa. Sobraban escenas de la dura realidad en la que viven millones de mexicanos, pero eligieron la ficción, la misma en la que muchos de ellos parecen vivir.

 

Con ese preámbulo entró en escena el dirigente nacional. De pose relajada, con mano en el bolsillo y a ratos presionando su computadora de muñeca, el discurso estuvo enfocado en las reformas autocráticas morenistas, pero calló ante las preocupaciones sociales de los mexicanos, las mismas que llevaron a Morena al poder y que lo han mantenido ahí con un abrumador apoyo popular. En solo una ocasión se mencionó la palabra “corrupción”, y probablemente en ningún momento se hizo mención alguna a seguridad, salud y economía, las principales preocupaciones de la población. Hubo cero autocrítica, cuando millones de mexicanos han criticado al partido con sus votos, incluyendo las clases medias urbanas. No era un discurso para el público general, ese que dice tratar de conquistar el panismo, sino uno dirigido a los militantes más encumbrados, aquellos que no pasan de algunos ciento. ¿Un plan de acción hacia el futuro? Nada.

 

El relanzamiento promete apoyarse en un nuevo logo, aunque respaldado por el mismo círculo de élites partidistas nacionales, incluyendo a los expresidentes Felipe Calderón –el mismo que renunció a su militancia y trató de fundar un nuevo partido– y Vicente Fox –el mismo que apoyó al priismo de Peña Nieto–. Prometen también una nueva narrativa bajo el mantra “defender a México”, que parece implicar patria, familia y libertad, valores tradicionales de la derecha, aportando nada nuevo en el camino. Ofrecen acabar con las alianzas partidistas, tan necesarias para la sobrevivencia inmediata, pero tan dañinas para la viabilidad mediata. Permitirán las afiliaciones exprés, las mismas que han fortalecido a los cacicazgos locales y al caudillismo nacional, así como elecciones primarias, una propuesta que parece nueva, aunque cargada de experiencias internacionales mixtas: en Estados Unidos, por esa vía, se apropió Donald Trump del Partido Republicano.

 

El futuro no parece promisorio. Mientras Morena se aferra al poder, las mismas élites panistas que han llevado a la hecatombe a su partido se aferran a él. De trasfondo, un empresario con medios a su disposición y un agresivo discurso promete su entrada política, en un contexto de aumentada incompetencia autocrática.