Fecha Publicación: 07-03-2022
Queríamos -ese era el espíritu del momento hace treinta años y otra vez en 2018- un país exitoso, desarrollado, más igualitario y sin la corrupción que todo lo corroe. Pero nunca estuvimos dispuestos a hacer lo necesario para lograr esos propósitos. El resultado era esperable: muchas promesas, grandes expectativas, seguidas por enormes desilusiones y sus consecuentes impactos políticos.
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