Fecha Publicación: 27-05-2025
Es paradójico, por decir lo menos, que la más trascendental de las reformas, la que mayor rompimiento implica con el pasado, con el statu quo, sea la que más apresurada y sobre las rodillas parece haber sido preparada.
La urgencia y la prisa son siempre malas consejeras, sobre todo cuando son innecesarias. La así llamada Reforma Judicial no necesitaba esas premuras, porque sus motivos y sus pretensiones son tan relevantes, de tal importancia, que merecerían un mejor trayecto y, por ende, un mejor destino.
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