Fecha Publicación: 19-05-2025
Vivimos tiempos en que las divisiones se profundizan. La animosidad prevalece sobre la comprensión y fractura la sociedad. Ante esto, el “sentido de comunidad” no puede ser un ideal nostálgico. Debería ser un instrumento vital para el progreso, la resolución de disputas y la generación de prosperidad compartida.
Nací y crecí en Monterrey. No es un secreto que los lazos que nos unían se desgastaron, bajo el peso del individualismo y la polarización. Ahora deberíamos darnos a la tarea de cultivar conscientemente la comunidad. Es una labor esencial para reparar el tejido social, fomentar la empatía y construir un futuro compartido.
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