Fecha Publicación: 12-05-2025

Una tradición cristiana muy antigua cuenta que Pedro, considerado el primer Papa, decidió huir de Roma cuando Nerón desató la persecución contra los cristianos. Pero en su escapada, Jesús se le apareció. A pregunta de Pedro ¿a dónde vas? (¿Quo vadis?), Jesús le respondió que iba a Roma, para ser crucificado nuevamente. Apenado, Pedro retornó a la ciudad, en donde fue crucificado por los romanos en la colina vaticana. El encuentro tuvo lugar a las afueras de la ciudad, en donde comienza la Via Apia. Para recordarlo, la Iglesia construyó un pequeño santuario en el siglo IX, reconstruido en el siglo XVII, que sigue abierto a los fieles.

La elección como sucesor de Pedro del cardenal estadounidense y peruano, Robert Francis Prevost, plantea la pregunta de hacia dónde encaminará sus pasos. Es una interrogante fundamental para la jerarquía eclesiástica, y los mil cuatrocientos millones de católicos en todo el planeta. Pero, dada la influencia de la Santa Sede en el mantenimiento de la paz y otros temas globales, también es una cuestión importante para los no católicos, incluyendo a los gobiernos y parlamentos nacionales, las organizaciones internacionales y de la sociedad civil, el sector privado, los sindicatos, las universidades y centros de investigación.

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