Fecha Publicación: 26-04-2022
Afirmar que las relaciones entre Estados Unidos y México están en un momento subóptimo parecería ocioso.
Esperar una mejoría en los próximos años resulta más una esperanza que una certidumbre. Pero, al mismo tiempo, y pese al ruido ambiental, la agenda bilateral no ha cambiado y tampoco los imperativos de vecindad.
Son problemas de economía y migración, de comercio y medioambiente, de infraestructura y seguridad, de complementariedad y visiones políticas. La realidad de la vecindad es que ninguno de los dos países, y por ende sus gobiernos, puede tomar decisiones sin afectar al otro.
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