Fecha Publicación: 10-03-2025
El título de este artículo lo tomé prestado del libro de Daniel Cosío Villegas, “El estilo personal de gobernar”, publicado en 1975. La expresión es especialmente apta para describir lo que todos vimos la semana pasada en las relaciones entre México y Estados Unidos: la confrontación de dos estilos radicalmente opuestos de negociar, el del presidente Donald Trump, y el de la presidenta Claudia Sheinbaum.
En su permanente afán de volverse impredecible, y hacer de ese factor uno de los pilares fundamentales para tratar de imponerse en una negociación, Trump se ha vuelto muy predecible. Sus interlocutores ya saben que cualquier acuerdo al que se llegue con él es temporal, que puede durar solamente unas semanas, unos días, e incluso unas horas, hasta que cambie de humor, o de opinión, después de hablar con algún asesor, o ver algún mensaje en X.
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