Fecha Publicación: 06-03-2025
La reciente alianza entre Washington y Moscú –y la consecuente exclusión de Ucrania y Europa para poner fin a la guerra– aunque indignante, no debería sorprender a quienes conocen de historia, literatura o de las complejidades de la naturaleza humana. A pesar de las distintas formas de traición, es posible agruparlas en dos grandes categorías. Por un lado, está la cometida hacia los demás, que destruye vínculos de confianza o lealtad; por otro, quizá la más atroz: la traición hacia uno mismo. En el primer grupo, podemos ubicar a Mijaíl Gorbachov.
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