Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales

Última actualización:
2025-05-08 21:58

LA CUESTIÓN KURDA

Fecha Publicación: 12-02-2025

La abrupta e inesperada caída del régimen de Bashar Al Assad en Siria el pasado 8 de diciembre, con la toma de Damasco por parte de las milicias opositoras de Hay’at Tahrir al-Sham (o HTS, por sus siglas en árabe), puso punto final al sangriento conflicto que por más de una década azotó la nación del Levante, abriendo las puertas al reacomodo geopolítico de la región y ofreciendo una esquiva esperanza a la largamente menospreciada minoría kurda.

De acuerdo con estimaciones censales previas al inicio de la guerra civil, los kurdos sirios representan entre el 8% y el 10% de la población total del país, un número que estriba entre los 2 y 2.5 millones de personas, distribuidas geográficamente a lo largo de las fronteras con Turquía e Irak, en las planicies del Éufrates. El Kurdistán histórico es una región entre montañas y valles que desde hace más de mil años es considerada como hogar de la nación kurda, desde las postrimerías orientales de Anatolia hasta el extremo occidental de la antigua Persia y que incluye partes de las actuales: Siria, Turquía, Irak e Irán.

Con una lengua propia y tradiciones culturales y religiosas vinculadas con el zoroastrismo, pero asentadas en la rama más liberal del sunismo, los kurdos, junto con varias otras minorías del Oriente Próximo, tienen una historia que nunca ha estado exenta de persecuciones y ostracismo por parte de la potencia dominante en turno, llámese Imperio Otomano, protectorado colonial franco-británico o, en la actualidad, autocracia política de Teherán, Bagdad, Ankara o Damasco.

A lo largo de las más de cinco décadas en que la familia Al Assad estuvo al frente de los destinos de Siria a través del partido Ba’ath, la minoría kurda sufrió una serie de vejaciones cuyas consecuencias son latentes hasta nuestros días, no muy disímiles de las que sus compatriotas experimentaron en Irak durante los años de gobierno de Saddam Hussein o de las que aún viven los kurdos en Irán o en Turquía. Restricciones de movimiento, limitación de derechos sociales y culturales básicos, carestía de servicios de salud y educación, negación del derecho a la nacionalidad, encarcelamiento, persecución. No es fortuito que la población kurda desconfíe del nuevo poder asentado en Damasco, sin cejar en su afán de lograr finalmente autonomía política y reconocimiento de sus más elementales derechos humanos.

El rol que desempeñaron las milicias kurdas a lo largo de la guerra civil siria contra mercenarios extranjeros, las fuerzas del Estado Islámico y las incursiones encubiertas de turcos, iraníes y rusos, permitió que el Kurdistán sirio fungiera como catalizador del cambio político, militar y civil materializado en Damasco el pasado diciembre. De ahí que el recientemente confirmado jefe de gobierno interino sirio, Ahmed Al-Sharaa, otrora líder del HTS, reconozca públicamente su valía. Si bien los vínculos de las milicias sirio-kurdas con Washington y su antagonismo con Ankara se erigen como los principales obstáculos frente a la esperanza de consolidar una región autonómica dentro del estado sirio y un resarcimiento de parte del gobierno central de décadas de hostigamiento y persecución.

Es significativo que, durante su reciente visita oficial a Turquía, Al Shaar discutiera con su contraparte turca, Recep Tayyip Erdogan, la situación del fronterizo Kurdistán, mencionando la relevancia de la minoría kurda para su país, denunciando las históricas vejaciones y discriminación de la que han sido objeto y reconociendo su rol en el movimiento que llevó a derrocar a Bashar Al Assad. También lo es que uno de los principales partidos de oposición turcos, de tendencias favorables a la autonomía kurda, anunciara que pronto tendremos noticias sobre una posible solución al eterno conflicto entre Ankara y el Partido Kurdo de los Trabajadores, o PKK (por sus siglas en turco) principal organización política de la minoría en el país y considerado por el gobierno como organización terrorista.

La posibilidad de que el futuro de los kurdos, en Siria y en Turquía, sea distinto, está sobre la mesa. Basta ver si Damasco y Ankara están dispuestos a servirla.

@gomezpickering

* Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva del autor.

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