Fecha Publicación: 05-02-2025
La posposición de medidas arancelarias contra Canadá y México a cambio de mayor vigilancia fronteriza contra la llegada de inmigrantes y drogas provocó un suspiro de alivio por cuanto mostró a un gobierno estadounidense dispuesto al menos a negociar aunque bajo sus propias condiciones e interesado en su propia imagen.
Y de paso, preocupado por las consecuencias internas de un choque sin sentido que solo ofendió a sus vecinos: de acuerdo con The Wall Street Journal, por ejemplo, el director de política doméstica en el Consejo Nacional de Seguridad, Stephen Miller, advirtió que la sanción comercial pondría en peligro la colaboración mexicana contra la llegada de migrantes. Otros subrayaron que los recargos elevarían de forma intolerable el precio de los vehículos de marca estadounidense, que ahora son más bien de fabricación regional.
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