Fecha Publicación: 05-02-2025
Donald Trump tiene una obsesión: busca afianzar su liderazgo interno haciendo alarde de cumplir sus promesas de campaña como el combate al tráfico de fentanilo y a la inmigración indocumentada. Su empeño le ha llevado a repetir la fórmula conocida en su primer mandato, la amenaza y el chantaje. Se estrenó con Colombia y siguió con México, Canadá y China.
El republicano pasó del “Hacer a América grande otra vez” al “América primero” para insistir que su país debe recuperar el liderazgo industrial y comercial mundial, un propósito que se antoja inalcanzable si se toman en cuenta las economías de escala. Usa la amenaza arancelaria como instrumento de coerción y estrategia de bullying contra naciones vecinas y potencias rivales.
Sigue leyendo aquí