Fecha Publicación: 10-12-2024
Imposible describir lo que significa la caída de uno de los regímenes más brutales y sanguinarios del mundo, una dictadura que se pretendía dinástica y que solo logró hundir a su país en el más profundo de los pantanos.
Siria, otrora la nación árabe más culta, educada y sofisticada, es ahora la fosa común en que se depositan generaciones de sirios que murieron en la esperanza, o la desesperanza, que provoca una dictadura que no ceja ante nada: ni la presión internacional, ni las protestas inicialmente pacíficas, ni la rebelión abierta, ni la guerra civil lograron hacer entrar en razón a los Assad, padre e hijo, que tendrán el oprobio de haber destrozado a su pueblo.
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