Fecha Publicación: 26-11-2024
La consigna para elaborar el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) fue muy clara: un presupuesto austero que permita un ajuste de las finanzas públicas de 2% del PIB para reducir el déficit total a 3.9% del PIB. Esto implica hacer al interior de la estructura detallada del gasto público los ajustes pertinentes para que el ejercicio “cuadre”. Estas reducciones, más que hacerlas sobre una base técnica, se efectúan con discrecionalidad y criterios políticos.
Se puede estar de acuerdo en que es necesario reducir el déficit, por ende, apretar el gasto. Pero el problema es que el gasto es de baja calidad, además de que el presupuesto no se elabora con criterios de rentabilidad social. Bastan unos ejemplos: el PEF para 2025 plantea un monto enorme para financiar trenes de pasajeros, que es un proyecto destinado al fracaso. Contempla también un gran monto de recursos para inyectar a Pemex, lo que equivale a darle respiración artificial a un cadáver. El presupuesto de 451 miles de millones de pesos (mmp) para educación pública va destinado principalmente a otorgar becas y no a mejorar los programas y materiales ni capacitar a los maestros. Las dádivas son para engrosar la base electoral de Morena entre los jóvenes. Y así pudiéramos abundar en más y más ejemplos de cómo el presupuesto está distorsionado y secuestrado por intereses políticos de la 4T.
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