Fecha Publicación: 28-10-2024
A medida en que se multiplican los focos rojos sobre la Inteligencia Artificial (IA), convendría vacunarnos contra la proliferación de señales de alarma y ver con serenidad que se trata de un arma de doble filo que, si bien entraña enormes riesgos para nuestra civilización, también puede potenciar nuestras capacidades para enfrentar el cambio climático, impulsar el desarrollo económico, combatir las desigualdades, incrementar la producción agropecuaria y revolucionar la medicina en todo el mundo.
Enfocar el debate sobre la IA en torno a categorías morales desvía nuestra atención de lo que verdaderamente importa. La IA no es buena ni mala, es una formidable herramienta tecnológica que puede ser utilizada para el bienestar o para la destrucción de la humanidad.
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