Fecha Publicación: 20-09-2024
Cualquier gobierno que se considere funcional y viable, requiere de la interacción de dos esferas esenciales: la política –el quehacer y los procesos del poder– y la administración pública. No obstante, es frecuente que esta interacción sea tensa, insuficiente, problemática.
Un gobierno puede ser políticamente muy apto para entablar negociaciones, construir consensos y alcanzar acuerdos para la aprobación de una ley. Sin embargo, ese mismo gobierno puede tener una capacidad administrativa deficiente para que esa ley entregue resultados tangibles a la sociedad.
Sigue leyendo aquí