Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales

Última actualización:
2024-12-25 08:41

QUIEREN QUE ANDY SEA PRESIDENTE EN 2030

Fecha Publicación: 18-09-2024

“Que nunca se permita el amiguismo, el influyentismo y nepotismo, ninguna de esas
lacras de la política. MORENA debe ser faro de moralidad”, escribió López Obrador en
2015. Nueve años después, Andy López Beltrán, el hijo del presidente, será el
siguiente secretario general de Morena, encaminándose hacia la presidencia en 2030.
Jamás había sucedido en la historia moderna de México, y probablemente en toda la
historia del país: que un presidente saliente intentara plancharle el camino a su hijo
para llegar al poder.

En el panismo estuvo al frente Manuel Gómez Morín los primeros diez años, pero
nunca puso a sus familiares para sucederlo. El panismo tiene familias fundadoras,
pero no familia fundadora. En el priismo (PNR) estuvo el general Manuel Pérez
Treviño liderando el partido los primeros cuatro años de su fundación, y nunca los
hijos de los jerarcas partidistas lo manejaron. El priismo tenía al presidente en turno
como máxima autoridad, y solo seis años. Ni el perredismo se atrevió a tanto:
Cuauhtémoc Cárdenas, a pesar de su caciquismo, jamás colocó a su hijo Lázaro
Cárdenas a cargo del partido. Pero con Morena es distinto, reflejando su
descomposición el profundo malestar con la política en el país.

El morenismo presume ser un movimiento y no un partido político. Como movimiento
nacional es tremendamente heterogéneo en sus miembros, carece de una ideología
definida, y necesita estar liderado por un cacique para mantener la cohesión interior.
Morena tiene mucho de mafioso: porque es una organización que defiende sus
intereses sin demasiados escrúpulos, porque usa la coacción política para alcanzar sus
fines, porque el cacique se apoya –y mucho– en su familia. Y sin duda, porque el
cacique exige lealtad absoluta y sus allegados –especialmente su familia– obtienen
innumerables beneficios políticos y económicos. Todo eso jamás se había visto entre
los principales partidos políticos de México. Y Andy López Beltrán es un síntoma
perfecto de esa descomposición.

El periodista Carlos Loret de Mola ha documentado cómo el hijo de López Obrador ha
colocado en puestos claves del gobierno federal a sus amigos, chavo-rucos con poca
experiencia gubernamental. También, ha demostrado cómo han hecho negocios y
robado a manos llenas durante seis años. Por ejemplo: Juan Pablo De Bottom Falcón es
un íntimo amigo de “Andy”, es el subsecretario de egresos en Hacienda, y ahora pasará
a dirigir la secretaría de Finanzas de la Cd. de México. López Obrador pondrá a su hijo
en la secretaría general del partido para manejar dineros, cargos públicos y asegurar,
finalmente, su llegada al poder en 2030. Sheinbaum está acorralada, no tendrá
controles políticos. Y está feliz.

Morena no solo está destruyendo la República, sino está convirtiendo al país en una
república bananera. El presidente quiere pasar de fundar y manejar su propio partido
político, a fundar su propio régimen político y manejar el país a su antojo. Es cinismo,
nepotismo e inmoralidad llevados a otro nivel, y me pregunto cuánta más indignidad
soportarán millones de mexicanos.