Publication Date: 09-09-2024
El 1 de septiembre pasado iniciaron las sesiones del nuevo Congreso de la Unión. Los discursos me recordaron un “meme” que seguramente a muchos de ustedes les ha llegado: “un día me voy a ir a vivir a Teoría, porque en Teoría todo está bien”.
En una república presidencial, con una teórica división de poderes, el Congreso debería ser la piedra angular de la democracia. Se esperaría que proporcione controles y contrapesos esenciales frente al poder ejecutivo y debería garantizar que se escuche la voz del pueblo. Sus teóricas funciones de supervisión y de representación lo convierten en una institución indispensable para salvaguardar las libertades individuales y promover el bien común.
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