Fecha Publicación: 09-09-2024
En una carta muy interesante, los flamantes secretarios nombrados de Economía, Marcelo Ebrard, y de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, descalificaron al embajador Ken Salazar y al gobierno de Estados Unidos de autoridad moral y capacidad para opinar sobre la reforma judicial en México. Y de pasada, descalificaron a The Washington Post, que hizo un editorial propio contra la reforma y aunque no es parte del gobierno estadounidense, debió aguantar un rozón.
En el mundo del "debe ser" las decisiones de cada país competen a sus propios gobiernos y los demás harán bien en callarse. Pero en el mundo del "es" la consideración es diferente. Hay convicción de que la reforma es un retroceso democrático y negativa para los intereses de los inversionistas externos.
Sigue leyendo aquí