Fecha Publicación: 08-08-2024
Uno puede vivir en una ciudad sin realmente vivirla, o al menos no de manera tan plena como podría. Sucede que la cotidianidad, la falta de curiosidad o el miedo a explorar cosas nuevas nos condenan a repetir las mismas geografías, sitios, rutas y trayectos, viendo la vida pasar. Así, dejamos de descubrir lugares que, para otros, son motivo de turismo.
En los 17 años que llevo residiendo en la Ciudad de México, he conocido a personas que nunca visitaron Xochimilco, nunca se subieron al Metro, o nunca pasearon un domingo por La Lagunilla. Yo también tengo una larga lista de pendientes por descubrir. Entre estos estaba la Central de Abasto.
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