Fecha Publicación: 05-08-2024
Las disputas entre el régimen chavista y la oposición han sido una constante desde el triunfo en las urnas de Hugo Chávez en 1998.
La crisis política en Venezuela no es nueva. Las disputas entre el régimen chavista y la oposición han sido una constante desde el triunfo en las urnas de Hugo Chávez en 1998. Desde aquel momento, sus opositores trataron de boicotearlo. Llegaron a organizar un golpe de estado en febrero de 2002.
El intento sólo duró dos días porque los partidarios de Chávez salieron a la calle para defenderlo y los golpistas tuvieron que escapar. Hay que recordar que, aplicando la Carta Democrática Interamericana por primera ocasión, por unanimidad los países miembros de la OEA se opusieron a ese intento de golpe, lo que contribuyó a su fracaso.
Sin embargo, fue la última vez que existió unanimidad continental sobre el tema de Venezuela. A partir de entonces, la situación en la tierra de Bolívar ha dividido a los países del hemisferio entre aquellos que apoyan al movimiento chavista y los que se le oponen. Desde esa perspectiva, las reacciones de los países de la región a las elecciones del 28 de julio son el último episodio de una larga cadena de desencuentros por la situación prevaleciente en esa gran nación.
La disputa electoral en Venezuela ha tenido impacto en todo el mundo. Estados Unidos y Canadá rechazaron los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral, y decidieron reconocer al candidato opositor, Edmundo González, como presidente legítimo del país. Varios países de la Unión Europea también rechazaron esos resultados, y exigieron a las autoridades electorales que publiquen todas las actas electorales.
Por su parte, China, Irán y Rusia sin dilación felicitaron a Maduro por su supuesto triunfo electoral. De esa forma, la situación en Venezuela ya está en la agenda de la competencia hegemónica entre Estados Unidos y sus adversarios, China y Rusia.
Sigue leyendo aquí