Fecha Publicación: 05-08-2024
Nos adentramos ya en las últimas semanas del sexenio del Presidente Andres Manuel López Obrador. Como es normal en estos casos, es el momento de cerrar cuentas, de valorar, de confirmar o poner en duda los resultados obtenidos en diversos ámbitos de la vida nacional. El de las relaciones exteriores es uno de los más importantes para el futuro del país.
Como hemos señalado en múltiples ocasiones, México es un país particularmente vulnerable a situaciones que provienen del exterior. La credibilidad del país, la confianza en sus instituciones, el profesionalismo o no con que conduce sus relaciones con el exterior son factores importantes para determinar su futuro económico y político . De especial importancia es tener un buen entendimiento con sus socios principales, en particular Estados Unidos
Durante los últimos días, un acontecimiento muy mediático ha capturado la imaginación de la opinión pública, nacional e internacional. Se trata de la detención en El Paso , Texas de Ismael Zambada García, El Mayo, uno de los capos más famosos que durante más de cuarenta años logró evadir las órdenes de aprehensión en su contra, a pesar de los quince millones de dólares que ofrecía Estados Unidos a quien pudiese lograrla.
Se trata del fundador, junto con el conocido narcotraficante, el Chapo Guzmán, del Cartel de Sinaloa. Este viene recibiendo enorme atención de las autoridades estadounidenses por ser uno de los principales responsable del envío a Estados Unidos de cápsulas de Fentanylo, la droga que está provocando la muerte de cientos de jóvenes estadounidenses y ha sido declarada por el presidente Biden un problema de seguridad nacional.
La noticia de su detención conduce inevitablemente a tres preguntas ¿Cómo fue posible detenerlo?, ¿Quiénes llevaron a cabo su detención? Y el punto de mayor importancia ¿Qué enseñanzas deja su captura sobre el trabajo conjunto entre México y Estados Unidos en materia de seguridad?
Son muchas las versiones que han circulado sobre la detención de Ismael Zambada García. La más aceptada por diversos analistas es la publicada por reporteros encargados de temas de narcotráfico en el New York Times (07/ 29/ 2024).
Dos puntos cabe destacar del largo relato periodístico: en primer lugar, el protagonismo de Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo, quien fue la persona que mantuvo, durante varios meses, contactos con autoridades de los Estados Unidas encargadas de problemas de seguridad. En segundo lugar, las actividades que tuvieron lugar en el territorio mexicano para subirlo a la aeronave que lo condujo a El Paso Texas donde fueron de inmediato detenidos y puestos a disposición de las autoridades tanto el Mayo Zambada como Joaquín Guzmán.
Se trata de una operación que tendrá gran resonancia y consecuencias por diversas razones. Llega a su fin el liderazgo mantenido durante muchos años por un capo de influencia mundial, Desafortunadamente, según las opiniones de expertos, no será el fin del tráfico de Fentanylo, pero si provocará luchas internas muy violentos entre quienes buscarán sustituirlo y, en otro orden de cosas, proporcionará mucha información sobre personalidades de todo tipo que están comprometidas con el narcotráfico. La utilización de esa información puede usarse a discreción por las diversas agencias que tendrán acceso a ella. Todas las pertenecientes al Departamento de Justicia, el Departamento de Estado y la Oficina de Seguridad Nacional.
México se encuentra en el centro del huracán. Lo más llamativo, hasta ahora, es el grado en que las agencias mexicanas de seguridad quedaron desdibujadas, ajenas, al parecer, de una operación de captura que puede calificarse de histórica. De acuerdo con lo ocurrido en las conferencias de prensa matutinas conducidas por el Presidente de la República, las autoridades mexicanas no tenían información de lo que estaba pasando. Cuando el tema ya circulaba en los periódicos del mundo, el embajador estadounidense en México envío un corto documento informando de lo que acaba de ocurrir en El Paso, asunto que seguramente llevaba años preparándose.
La primera reacción expresada en la conferencia de prensa matutina por parte del Presidente López Obrador y la Secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez fue de sorpresa. “México no participó en esta detención o entrega” toda la información que tenemos nos llega de Estados Unidos. Semejante reconocimiento es señal de un pésimo funcionamiento de los sistemas de seguridad, civiles y militares que son parte del del gobierno mexicano. ¿Qué pasa con el CNI, con las fiscalías especializadas en delincuencia organizada, o los servicios de inteligencia de la SEDENA o la SEMAR?. Según información de la Secretaria de Seguridad, han fijado 7,500 objetivos prioritarios ¿Entre ellos no se encontraba el Mayo Zambada y Joaquín Guzmán?
Como señala muy acertadamente en su columna semanal Sergio Aguayo (Reforma 31/07/ 24) se requiere una reestructuración integral de las dependencias federales encargadas de seguridad. Esperemos que la presidenta electa y el ya nombrado Secretario de Seguridad lleven a cabo esa tarea. De lo contrario, sólo recibiremos Informes de los Estados Unidos sobre cómo perseguir a la delincuencia mexicana.
Por lo pronto, podemos afirmar que la captura de El Mayo golpea la credibilidad del trabajo que se llevó a cabo en el sexenio de López Obrador. Su defensa de la soberanía a través de prohibiciones para que agentes de la DEA trabajen en México sin autorización del gobierno mexicano fue una disposición puramente formal, que en poco alteró la influencia real que las agencias estadounidenses desempeñan en problemas de seguridad en nuestro país.