Fecha Publicación: 30-07-2024
Alan Greenspan acaba de cumplir hace unos meses 98 años. Fue presidente de la Reserva Federal por 19 años. Es, sin duda, una figura controvertida. Algunos lo admiran, mientras que otros lo condenan por haber sido quien ocasionó dos crisis financieras, debido a una política monetaria en extremo laxa: la crisis del dot.com en los noventa y la compleja crisis subprime que estalló en 2008. Sus detractores reconocen que mentes brillantes, como la suya, también cometen errores. Por ejemplo, el concepto de comunicación de la banca central que profesaba Greenspan era muy alejado de la transparencia y claridad de lenguaje que hoy profesan los bancos centrales. Su idea era esconder su verdadera opinión en oraciones largas y complejas con palabras rebuscadas para obstaculizar intencionalmente cualquier respuesta del mercado. Célebre fue su frase: “Si creen que me entendieron, entonces me expresé mal”. Retóricamente se apoyó en la figura del oxímoron, dando origen a palabras y frases contradictorias como “exuberancia irracional” para advertir la formación de una burbuja de activos en el mercado accionario; u otro al defender la autorregulación financiera de los derivados al señalar poco antes de la crisis de 2007-2008 que los mercados ya habían alcanzado una madurez tal que podían regularse a sí mismos.
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