Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales

Última actualización:
2024-09-07 13:23

LA REBELIÓN CONTRA LAS ÉLITES

Fecha Publicación: 16-07-2024

El ascenso de López Obrador representa, de manera más general, una sublevación
contra el statu quo y las élites nacionales. Sin embargo, esa misma sublevación
también la vemos hoy en día en los partidos políticos de oposición, donde sus
dirigentes nacionales han roto reglas largamente establecidas. Estas rebeliones
parecen ser el espíritu de los tiempos, y auguran algunos buenos años de
incertidumbre política.

Permanecer o cambiar ha sido una cuestión humana central a lo largo de la historia.
Enarbolando esas respectivas posturas filosóficas se encuentran las corrientes
políticas de derecha e izquierda, o conservadores y liberales. En México, parece haber
una rebelión contra la permanencia, observada tanto en cuestiones de forma como de
fondo: de forma, con la violación a las reglas no escritas de la civilidad política, y de
fondo, con el quebrantamiento de las reglas escritas propias de nuestra democracia-
constitucional. Las fuerzas centrípetas, aquellas que tienden al centro y que son
indispensables para que funcione un régimen democrático, están cediendo terreno a
las fuerzas centrífugas, aquellas que se alejan del centro porque no tienen un sistema
de referencia rotatorio. Y, precisamente, son los sistemas de referencia política los que
están siendo destruidos.

Morena es el partido político que ha servido como vehículo de rebelión popular. Una
rebelión con alcances nacionales que ha consistido básicamente en el castigo a los
partidos políticos tradicionales y sus élites políticas. Sin embargo, aunque existe un
claro intento de restauración autoritaria, este hijo del priismo de antaño salió más
viciado que su padre político. Porque anteriormente, los presidentes priistas no
confrontaban innecesariamente y tendían a resaltar la unidad nacional, mientras que
el morenismo de hoy polariza incansablemente y vive de atizar la fractura social. Y si
el viejo priismo tenía vocación de Estado y estaba abierto a la negociación política, el

actual morenismo tiene una propensión a la destrucción institucional y a la cerrazón
política. Morena tiene mucho de PRI, pero con peores formas y más soberbia política.
No obstante, en los partidos políticos de oposición también sucede una rebelión
contra las élites tradicionales. En el priismo, “Alito” Moreno amenaza con expulsar a
antiguos cuadros políticos que fueron esenciales para su llegada al poder, como
Manlio Fabio Beltrones. En el panismo, Marko Cortés entra en trifulca abierta con
Javier Lozano y el expresidente Felipe Calderón (quien ya no es militante). En ambos
casos, los dirigentes partidistas rompen reglas largamente establecidas: se reeligen
constantemente a pesar de los desastres electorales continuos y, por si fuera poco, se
apuntan en los primeros lugares de las listas plurinominales para obtener un escaño
legislativo. El mínimo decoro político se arroja por la borda.

La estabilidad política de las últimas décadas parece llegar a su fin. Los modos
relativamente corteses y la existencia de un piso político común (p. ej., un Poder
Judicial independiente y meritocrático) están desapareciendo. Nuestra democracia-
constitucional está viviendo una severa prueba de estrés, y ciertamente nada augura
que las nuevas élites serán mejores que las de antaño.

fnge1@hotmail.com @FernandoNGE