Publication Date: 12-06-2024
Este análisis se publicó en la revista Proceso digital
Pocas veces el resultado de una elección presidencial, como la que tuvo lugar el 2 de junio en México, había dado lugar a tantas reflexiones sobre la naturaleza del régimen político que dominará en el país a partir de la toma de posesión de la nueva presidenta el 1 de octubre. Brevemente resumidas, las especulaciones oscilan entre la continuidad de un régimen altamente ideologizado, con un partido hegemónico bajo el mando de la presidencia, o un régimen pragmático dispuesto a defender intereses nacionales en el marco de una economía mixta fuertemente vinculada a Estados Unidos.
El triunfo de la candidata oficial era previsible. No en balde el presidente López Obrador invirtió tantos recursos mediáticos y financieros en promoverla a través de todo el país. Lo que no era previsible era que la magnitud del triunfo obtenido profundizaría temores entre los círculos financieros preocupados por la adopción de medidas contrarias a la certidumbre jurídica necesaria para querer invertir en México.
El lunes 3 la Bolsa Mexicana de Valores perdió 6 puntos y el peso se devaluó un 4%. Se trató de contener el daño anunciando de inmediato la permanencia indefinida del Secretario de Hacienda y Crédito Público y el respeto absoluto a la independencia del Banco de México.
Sigue leyendo aquí