Publication Date: 11-06-2024
La extrema derecha europea hizo considerables progresos en las elecciones de la semana pasada, tanto como para sacudir al aún predominante establecimiento político centrista, pero todavía no lo suficiente para controlar la Unión Europea.
Cierto que por sus características, la UE es más que difícil de controlar, sobre todo, porque sus miembros individuales tienen un amplio margen de autonomía y varios de ellos, España y Portugal por ejemplo, tienen regímenes de centro-izquierda.
Los partidos euroescépticos de derecha ampliaron su apoyo a casi la cuarta parte de los votos y lograron elegir a unos 145 eurodiputados, su mayor representación jamás, pero las divisiones y la desorganización entre ellos limitarán su impacto en la agenda y las políticas de la UE en el próximo mandato de cinco años, excepto parcialmente en política ambiental y de inmigración.
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